Dos obispos y un laico en la terna para secretario del Episcopado
▶ La elección será hoy a las 9.30 y es la primera vez que hay un seglar entre los candidatos
No defraudó la Comisión Permanente con su terna de candidatos a la secretaría general de la Conferencia Episcopal, que hizo pública ayer. Entre los nombres se encuentra el del favorito en las quinielas, el obispo auxiliar de Toledo, César García Magán; un laico –por primera vez en la historia de institución–, el actual vicesecretario para Asuntos
Económicos, Fernando Giménez Barriocanal; y un ‘tapado’: el obispo auxiliar de Valencia, Arturo Ros, que completa la terna sin que nadie, hasta ahora, le hubiera apuntado como candidato.
En un proceso en el que no hay ningún tipo de campaña electoral, una vez conocidos los nombres, poco antes de las 8 de la tarde, comenzó entre los obispos la negociación para tratar de alcanzar la mayoría absoluta (sobre los 78 electores), que aupara a la secretaría al que consideran el mejor candidato.
El margen de maniobra es escaso, si tenemos en cuenta que la votación se iniciará hoy a las 9.30. Poco más de 13 horas, con la noche por medio, para conversaciones a varias bandas y el intercambio de llamadas y mensajes.
Al igual que tratar de pronosticar quien será, al final, el elegido. La lógica de los obispos, como el Reino que predican, no es de este mundo. Sobre el papel, el candidato con menos opciones es Arturo Ros. No solo por llegar a esta fase final como ‘tapado’ sino porque la llegada en diciembre de Enrique Benavent como nuevo arzobispo a la diócesis de Valencia le pone en la casilla de salida hacia otro destino episcopal. Con la experiencia de seis años como obispo y el valenciano como lengua materna, es un firme candidato para ocupar alguna de las diócesis catalanas. Si hoy fuera elegido secretario, supondría retrasar cinco años su salida hacia una sede residencial o arriesgarse a que, como en el caso de Argüello, se viera obligado a renunciar al cargo si el Papa le promociona.
La lista facilitada por la Oficina de Prensa de la Conferencia Episcopal estaba encabezada por César García Magán. Un detalle que no condiciona la votación, pero que en lenguaje eclesial suele indicar la preferencia de quien elabora la terna. No en vano, el auxiliar de Toledo ha sido el ‘favorito’ para este cargo desde que se conoce la intención de renunciar de Luis Argüello. Tiene 60 años, una amplia experiencia de gobierno, y una carrera en la escuela diplomática que le ha llevado a cinco nunciaturas.
Apenas lleva unos meses como obispo, por lo que el acceso a la secretaría, lejos de frenar su promoción episcopal le permitiría consolidar su experiencia y le daría visibilidad pública. Cuenta con el apoyo de su arzobispo y, dicen, de Roma, donde es bien conocido tras su paso por la Secretaría de Estado. Con todo a favor, su principal escollo es la máxima eclesial para los cónclaves: «quien entra Papa, sale cardenal».
De la economía a portavoz
Por más que su nombre lleve circulando en los mentideros desde que anunció su salida de Cope para centrase en los asuntos de la Conferencia Episcopal, la presencia de Fernando Giménez Barriocanal en la lista sigue teniendo tintes de sorpresa. Primero, por ser el primer laico propuesto para el cargo. No podía ser otro. Después de más de tres lustros como vicesecretario de Asuntos Económicos, la solvencia de su actuación es evidente, al igual de la confianza que goza por parte de los obispos. Además, sus comparecencias ante la prensa han demostrado que no tendría problemas con la portavocía. Pero su elección como secretario implicaría abandonar la gestión económica, porque en caso de no hacerlo, se convertiría en el hombre más poderoso de la Iglesia española. Algo que, sin embargo, conocen los obispos que le han propuesto, a pesar de ello. Se presupone que habrán pensado la solución.
Tres nombres, tres perfiles distintos, para encarnar al rostro visible de los obispos en los próximos cinco años . La respuesta final, a las 10 de la mañana.