El presidente de Hungría confirma que apoyará la adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN
Después de que la cumbre de los presidentes de los parlamentos del Grupo de Visegrado 4 (Hungría, República Checa, Eslovaquia y Polonia) prevista para el 17 de noviembre fuese boicoteada por checos y polacos, críticos con la cercanía de Orbán a Putin, la reunión de jefes de gobierno mantenida ayer en Eslovaquia ha revitalizado la asociación. El jefe del Gobierno de Hungría confirmó tras la reunión en Kosice que su Parlamento ratificará la adhesión de Finlandia y Suecia a la OTAN en la primera sesión plenaria de 2023 y que «el Grupo de Visegrado tiene futuro». «Los suecos y los finlandeses no han perdido un solo minuto por culpa de Hungría», defendió, y firmó el documento conjunto en el que se afirma que la independencia de Ucrania debe ser plenamente apoyada. El primer ministro checo, Petr Fiala, insistió en que queda fijado un «enfoque conjunto para apoyar a Ucrania», a pesar de que las posiciones de cada país siguen mostrando marcados matices, y enfatizó que la ayuda financiera para Ucrania es muy necesaria. Orbán ha reiterado su rechazo a un préstamo conjunto de la UE a Kiev, alegando que no apoya una UE más endeudada. Respalda sin embargo el apoyo financiero a Ucrania como «justo y necesario» y se ha comprometido a destinar 18.000 millones de euros de su presupuesto a través del Ministerio húngaro de Exteriores. «Lo que no apoyaremos es una medida que empuje a la unión europea de la deuda, nunca apoyaremos eso», aclaró. Identificó como desafíos comunes del Grupo Visegrado la inmigración ilegal, la crisis energética, la recesión y la protección de las fronteras exteriores Schengen.