«En Qatar los derechos humanos están fatal, así que cuanto menos se hable de ello mejor»
▶ El artista madrileño rompe moldes con su nuevo disco ‘Quejíos de un maleante’, que ve la luz a pocos días de su actuación en el Mundial de fútbol
Ojo, mucho ojo al disco que Omar Montes lanza este viernes. ‘Quejíos de un maleante’, un atrevido ejercicio de fusión flamenco-urbana con bastante más de flamenco que de urbano. Va a dejar de piedra a muchos seguidores y seguramente se ganará a más de un crítico que hasta ahora lo veía como un intruso en el mundo de la música. Las polémicas, eso sí, le siguen acompañando allá donde pisa...
—Su apuesta por la raíz, más que por la modernidad, es sorprendente.
—Al final, en la música hay que arriesgar. Hay gente que viene pegando fuerte, todos los días salen artistas nuevos, y cada cierto tiempo hay que dar un golpe en la mesa, porque si no se te suben a la chepa. Ha sido un proceso muy duro, de casi dos años luchando por un sueño que de momento sólo veo yo.
— ¿Se ha sentido un poco solo lanzando esta apuesta?
—La gente, mi familia, todos me decían que si lanzando temas de reguetón siempre arraso, para qué me la iba a jugar dándole la vuelta haciendo algo completamente diferente, sin saber si me iba a ir bien o no. Pero lo hago por amor a la música, y por ofrecer algo nuevo. — Muchos fans de Malú la han criticado por colaborar con usted en este disco.
—Sí, hay fans muy hijoputas... a mí también me han criticado por colaborar con ella. Pero si hacemos caso, al final no colaboraríamos con nadie. Me he dado cuenta de que si sacas una canción y no la critica nadie, es que no la escucha nadie. Cuando las críticas de mi música eran buenas, a mis conciertos venían doscientas personas. Y qué jodida es la vida, que ahora, cuando me critica todo el
Críticas «No puedes trasladar los problemas internos de una Federación a un cantante»
mundo, puedo llenar estadios. — ¿Le están criticando por ir a actuar a Qatar en un evento de la FIFA?
—De momento me están dejando en paz. Yo creo que se han dado cuenta de que si no critican a los jugadores, de que si todo el mundo se libra, por qué van a criticar a los artistas que vamos allí a cantar. Al único al que han criticado ha sido al pobre Maluma, todos los demás nos estamos librando. Me da pena porque él no tiene la culpa. No puedes trasladar los problemas internos que tiene la federación a un cantante. De eso tienen que ocuparse los políticos, la gente que manda y tiene poder, no un ‘cantantucho’, que es el que tiene menos peso ahí. Al final, al preguntarme esto eres tú quien da visibilidad al tema, así que imagino que lo haces porque quieres darle visibilidad.
— Pues claro.
—Pues yo no quiero darle visibilidad a esto. Todos sabemos que allí los derechos humanos están fatal, cuanto menos se hable de ello mejor.
— No sé yo...
—Yo no tengo pelos en la lengua. Si me queréis preguntar, me da igual contestaros. Pero no os podéis poner en contra de un cantante. Ponte en contra de las marcas de ropa, de los políticos, de la gente fuerte. ¿Por qué vas a por el rival más débil? Si yo ni pincho ni corto. A mí me llama mi selección, y yo quiero apoyar a mi país. Punto.
— En cualquier caso, si le dan una buena pasta imagino que en parte servirá para financiar sus proyectos culturales en Pan Bendito.
—Hace dos semanas monté un club de jazz, con profesores especializados que han venido de Londres. Y está todo pagado de mi bolsillo. Uno al final intenta ayudar a su barrio en la medida que puede.