La Salle condena diez días después las amenazas y exalta su «respeto» a la bandera
▶ La institución nacional sale al paso mientras el colegio de Palma sigue guardando silencio
Diez días después de la polémica expulsión de toda una clase de bachillerato por colgar la bandera de España en un aula del colegio La Salle de Palma, la institución se descolgó ayer con un «comunicado institucional» condenando las amenazas que están sufriendo en redes sociales «los alumnos, familias y educadores», y mostrando públicamente su « absoluto respeto» a la enseña nacional.
La Salle se ha visto forzada a emitir un escrito para aclarar el «respeto absoluto por los símbolos oficiales, en especial la bandera nacional y las de las distintas comunidades autónomas», ante el alud de quejas por parte de familias de centros de otras comunidades autónomas y después de que trascendiera que una profesora de este colegio mallorquín se refería a la bandera de España como un «trapo», y de que varios docentes se negaran a dar clase con ella.
Mientras el centro de Palma guarda silencio, la institución nacional ha salido al paso de la polémica con un sucinto comunicado diez días más tarde, sin aclarar lo ocurrido. En su escrito no se pronuncia sobre la gravedad de los hechos acontecidos el pasado viernes 25 de noviembre cuando el director del centro expulsó del colegio a 32 alumnos de 1º B de bachillerato sin la obligatoria notificación a los padres de los menores.
Una investigación interna
En su comunicado, La Salle expone de forma ambigua que «ha puesto en marcha una investigación interna para esclarecer los hechos», a través de sus órganos en el centro, y que está colaborando activamente con la inspección educativa para «acotar las responsabilidades oportunas, preservando el bienestar de su alumnado, la convivencia en el aula y en el marco del respeto a un principio esencial en educación: la autoridad del docente inherente a su función y a su responsabilidad a la hora de desempeñarla».
Por último, «agradece la voluntad de educadores, familias y alumnado para recuperar la normalidad en la convivencia y en el desarrollo de la labor educativa desde el sosiego, el respeto y la capacidad de escucha».
Tal y como ha ido informando ABC, el 21 de noviembre los estudiantes colgaron una rojigualda en el tablón de anuncios del aula, con el permiso previo del tutor y del jefe de estudios. Las quejas por parte de dos profesoras, a las que les molestaba dar clase delante de la bandera oficial, forzaron al tutor de la clase a colgar un cartel adjunto que rezaba «vamos, selección», dejando claro que se exhibía por mero interés futbolero. Esto no fue suficiente para la profesora de Lengua Catalana, que cuando llegó al aula el viernes ordenó a los chavales que quitaran la insignia. Al ver que nadie se atrevió a hacerlo, abandonó el aula.
Alumnos expulsados
Los alumnos perdieron dos horas lectivas por este asunto. Los progenitores, al enterarse de lo ocurrido, pusieron una reclamación conjunta ante el colegio y ante la Inspección Educativa porque no apoyaban la decisión del equipo directivo y veían injustificable la postura de la docente. Horas más tarde, el centro envió una circular a las familias de 1º B informándoles de que los críos habían sido expulsados por haber «desoído las indicaciones de la profesora».
El director técnico de Secundaria afirmó que «los alumnos de 1º B, actuando como grupo, habían desoído las indicaciones de la profesora». Dijo que actuaron «en masa y negándose expresamente a obedecer», lo que considera el centro «un acto de insubordinación deliberada».
El instituto mostró su solidaridad con la profesora. Tras la denuncia pública, la dirección adujo que poner la bandera española incumplía la normativa de símbolos del centro, un supuesto reglamento que, diez días después del incidente, sigue sin estar colgado en la web del colegio y sin facilitarse a las familias ni alumnos.
Las organizaciones HazteOir.org y Valores en Baleares acudieron ayer al colegio para entregar 34.204 firmas de apoyo a los alumnos. Las entidades piden el cese de la profesora «por su grave ofensa a todos los españoles».
Dos organizaciones han entregado firmas para pedir el cese de la profesora «por su ofensa a todos los españoles»