El experto asegura que los varones aún se resisten a asumir las faenas de la casa
Nacho Tornel ▶
Nacho Tornel es experto en relaciones de pareja y asegura que en lo que se refiere a las labores domésticas hay que dejar atrás los estereotipos que nos encajan en una u otra función. « Puede haber tareas de ella y de él en casa, pero lo que no puede ser es que esas labores tengan una atribución por sexos. Cada pareja debe decidir libremente entre los dos quién hace qué en cada etapa de su vida personal y familiar», puntualiza.
–¿Por qué es tan complicado compartir de forma equitativa las tareas domésticas y familiares?
–Hay parejas con una especie de obsesión por la igualdad aritmética al cincuenta por cien y eso es prácticamente imposible. Además de que no es sano, tampoco son adecuados comentarios del tipo «si yo cocino, tu friegas; si yo pongo la lavadora, tú tiendes; si yo recojo a los niños, tú les llevas a las extraescolares»… La idea es que ambos hablen y actualicen esa conversación las veces que sea necesario sobre cómo distribuir las tareas para evitar que haya una sobrecarga, normalmente sobre ella, y que los dos puedan llegar razonablemente a cubrir sus ámbitos personales y profesionales, además de los familiares. Es un encaje de bolillos, qué duda cabe, pero también es una aventura apasionante en la que nos hemos embarcado voluntariamente y, aunque a veces cueste, también sabemos que es muy gratificante.
–¿Está cambiando el reparto de estas labores en las nuevas generaciones?
–En la generación actual nadie cuestiona que la mujer se desarrolle profesionalmente en las mismas condiciones que el varón. Aunque esto es un ‘a priori’ a matizar porque sigue habiendo diferencias salariales y ámbitos en los que hoy se percibe una discriminación hacia la mujer… Aún así, estamos avanzando en la dirección adecuada. Lo que pasa es que mirando hacia atrás parece que sigue siendo válida la afirmación de que «la mujer ha salido del hogar a trabajar fuera pero el hombre no acaba de entrar… » Es decir, que sigue habiendo resistencia en no pocos hombres para asumir en plenitud esa responsabilidad en su hogar que es igual de importante o, yo diría, más que su responsabilidad profesional.
–¿De quién depende que no sean labores estancas?
–Hay una función muy importante en la educación, en la divulgación, en la concienciación…, porque incluso entre los niños se sigue viendo que hay tareas de chicas y otras de chicos. Por eso, el ejemplo de los padres es el mejor modo de inculcar que las tareas no tienen atribución de sexo, que demuestren que entre él y ella hay ese fácil intercambio y que cada uno desempeñe un rol con naturalidad pudiendo desempeñar el otro en otro momento. Los dos deben tener una actitud abierta y receptiva que les alejen de los estereotipos.
– ¿ Qué perfil de hombres y mujeres son los que están consiguiendo esta igualdad?
–Aquellos que entienden que la responsabilidad de su hogar es de los dos al cien por cien. En plenitud y para los dos. Después serán ellos dos los que hablarán y decidirán quién hace qué, pero independientemente de quién ejecute tal o cual tarea, esa misma tarea sigue siendo responsabilidad absoluta de los dos. Para eso es fundamental que los hombres entiendan y valoren de verdad lo que supone la atención del hogar y de los hijos. Es esencial que el hombre desarrolle y trabaje su inteligencia emocional para conectar con todas esas situaciones de aparente ‘improductividad’ como son, pasar una tarde haciendo deberes, bañar a los hijos, ir a comprar esa cartulina roja que hace falta para la tarea escolar de mañana… dándose cuenta de lo importantes que son para la estabilidad familiar, la felicidad de los hijos y de todos en casa.
–¿Cómo serán las parejas en el futuro respecto a esta cuestión?
– La última encuesta de empleo del Instituto Nacional de Estadística (INE) puntualiza que la mujer dedica por término medio dos horas al día más que el varón al hogar. Esto nos deja patente el desequilibrio. Pero la tendencia es que se vaya atenuando esa diferencia, por eso confiamos y trabajamos para que cada vez vivamos en hogares del siglo XXI mucho más igualitarios.
❝ «Hay parejas que se obsesionan por repartir sus funciones domésticas al 50% y eso es imposible»