Hallan la basílica perdida de Vitruvio, que inspiró los templos cristianos
▶ Su emplazamiento era uno de los enigmas más fascinantes de la arqueología
Se considera ya un hallazgo excepcional que podría resolver uno de los enigmas más fascinantes de la historia de la arqueología. El descubrimiento ha sido casual. La legendaria basílica de Vitruvio de hace dos mil años, decorada con caros mármoles preciosos importados de Grecia y Asia Menor, reapareció cuando se reformaba una casa familiar en Fano, municipio de 59.000 habitantes en la provincia de Pesaro e Urbino.
Desde hace más de 500 años, arqueólogos de medio mundo buscaban en Fano la basílica de Marco Vitruvio Pollio, arquitecto y escritor romano, activo en la segunda mitad del siglo I a. C. Vitruvio, considerado el teórico de arquitectura más famoso de todos los tiempos, menciona la basílica en su tratado ‘De Architectura’, que fue la base de la arquitectura occidental hasta finales del siglo XIX y una valiosa fuente para conocer las técnicas de construcción utilizadas por los romanos.
La basílica de Vitruvio era excelente por su equilibrada composición, original por su técnica constructiva y famosa por el orden de sus gigantescas columnas. Los arqueólogos han soñado con llegar a descubrir la basílica de Vitruvio desde que en el Renacimiento el arquitecto y escenógrafo Andrea Palladio se inspiró en los cánones de Vitruvio para recrear las formas de la antigüedad clásica en villas y edificios públicos contemporáneos. Desde entonces, localizarla ha sido poco menos que un sueño.
Preciosos pavimentos
Todo parece indicar, según los primeros análisis, aunque se toman todas las precauciones necesarias, que se trata de la famosa basílica, pero se realizan más investigaciones para tener la absoluta seguridad. Los trabajos revelaron la presencia de dos salas subterráneas desconocidas, pavimentadas con preciosos mármoles de colores turquesa, verde y rosa, que datan de finales del siglo I a.C.
La arqueóloga Ilaria Venanzoni, de la Superintendencia de Arqueología, Bellas Artes y Paisaje de Ancona-Pesaro Urbino, explicó a la agencia ANSA que la ubicación, el tipo de estructura, la riqueza del solado y la presencia del mármol, incluso en los muros, hacen pensar que puede tratarse de un importante edificio público romano de época augusta (siglo I a. C. – siglo I d. C.), «más probablemente hacia finales del siglo I a. C.», según Venanzoni, teniendo en cuenta la presencia de mármol verde ‘cipollino’ (de cebolla, una variedad utilizada por los antiguos griegos y romanos) y mármol ‘pavonazzetto’ (un tipo de mármol blanco con vetas ‘moradas’), cuya extracción se inició en Turquía en ese momento.
Los mármoles también decoraban las paredes a las que estaban fijados con soportes de bronce conservados aún en su lugar. Se han encontrado vestigios de columnas apoyadas sobre muros de metro y medio de espesor, de los que se conservan restos de dos metros de altura. Añade la arqueóloga Venanzoni que «el tratado ‘De Architectura’ contiene capítulos temáticos dedicados a varios tipos de edificios, entre ellos la domus y la basílica, un edificio destinado a usos civiles, incluida la administración de justicia, que solía estar al lado del foro de la ciudad » . Concuerda esta descripción con los restos arqueológicos que han aparecido, que están dentro del antiguo foro romano de Fano.
El esquema de la basílica se retomaría más tarde en los lugares de culto cristianos: planta rectangular de varias naves y altas columnas. Entre los elementos que sustentan la hipótesis de que se trata de la basílica de Vitruvio se encuentran citas del arquitecto y escritor romano en su famoso tratado ‘ De Architectura’: «La grandilocuencia del edificio, que tiene gruesos muros, rica decoración y también importantes epígrafes».
A partir del siglo XVI, y especialmente del siglo XVIII, muchos estudiosos intentaron identificar exactamente dónde Vitruvio hizo construir su basílica en la ‘Colonia Iulia Fanestris’, hoy Fano, la ciudad ‘heredera’ de la ‘Fanum Fortunae’ romana. «No creo que encontremos una firma o un epígrafe con el nombre de Marcus Vitruvius Pollione», remata irónica la arqueóloga Venanzoni.
La construcción era excelente por su composición, original por su técnica y famosa por el orden de sus columnas