La Zarzuela rescata y reinterpreta una obra de José de Nebra después de 270 años
▶ ‘Donde hay violencia, no hay culpa’ se convierte ahora en ‘La violación de Lucrecia’
En 1744, José de Nebra, uno de los grandes compositores españoles de su época, estrenó en el palacio del duque de Medinaceli una zarzuela titulada ‘Donde hay violencia, no hay culpa’. La última representación de la obra conocida data de 1753. Han transcurrido, por tanto, 270 años, y el Teatro de la Zarzuela exhuma ahora esta obra, que se basa en una leyenda de la Roma clásica, que inspiró a autores como Shakespeare o Benjamin Britten: la violación de Lucrecia. Según esta leyenda, Lucrecia, esposa de Lucio Tarquinio Colatino, fue violada por Sexto Tarquinio y después se suicidó para salvar el honor de su marido.
‘La violación de Lucrecia’ es el título del espectáculo que presenta la Zarzuela en el que, al igual que se ha hecho en ocasiones anteriores, se ha creado una nueva dramaturgia respetando íntegra la partitura. Rosa Montero ha escrito un nuevo libreto, y sobre él se ha creado un espectáculo dirigido escénicamente por Rafael R. Villalobos, uno de los jóvenes talentos españoles en este campo; la dirección musical es del todavía más joven Alberto Miguélez Rouco, al frente del Ensemble Los Elementos, con el que grabó la obra el año pasado.
Cuatro cantantes y dos actores componen el reparto: María Hinojosa Montenegro (Lucrecia), Carol García (Colatino), Marina Monzó (Tulia), Judit Subirana (Laureta), Manuela Velasco (Espíritu de la leyenda de Lucrecia) y Borja Luna (Sexto).
Era necesario, asegura Daniel Bianco, una relectura de este mito, por lo terrible que resulta hoy en día la historia, y el hecho de que se alabe a Lucrecia por haberse suicidado por su marido convencida de que estaba haciendo lo correcto. Rafael R. Villalobos cuenta que el espectáculo es una metazarzuela, una zarzuela dentro de otra, y en la obra se presenta a Lucrecia como víctima de la estructura, y se convierte su suicidio en un feminicidio. «Nos planteamos qué pensaría ahora Lucrecia de su suicidio y de cómo se ha instrumentalizado», dice Rafael R. Villalobos, que añade que el proyecto quiere «entender el espíritu revolucionario que tenían los autores del siglo XVIII respecto a los derechos de las mujeres, y la obra nos permite reflexionar acerca de muchos temas, que van desde la violencia machista a la violencia institucional». «Es una obra desgarradora, dolorosamente bella», concluye.
Alberto Miguélez Rouco –que además de dirigir la orquesta tocará el clave y las castañuelas– ha realizado la edición de la partitura, y ha añadido diversos compases de otras obras del propio Nebra, del que dice que «su hábil uso de la retórica barroca, su conocimiento de los recursos vocales e instrumentales y su intuición dramática convierten cualquiera de sus obras escénicas en las más brillantes joyas del siglo XVIII español».