Grifols se desploma en Bolsa por las dudas en las cuentas de 2023
▶ La reducción del beneficio y la relación con Scranton llevan a otra jornada negra
Grifols no despierta de su pesadilla. La esperada presentación de resultados de 2023, que debía servir para seguir recuperando el valor de la acción tras unas últimas semanas en verde, en una sostenida remontada tras el ataque del fondo bajista Gotham el pasado 9 de enero, acabó convirtiéndose en otra jornada negra. Tras haber arrancado la sesión a la baja tras la publicación de los números del pasado año – beneficio de 59,3 millones, un descenso del 71,5% con respecto a 2022–, la posterior conferencia con analistas empeoró aún más las cosas. Se desató la tormenta, y el valor cerraba la sesión en la Bolsa con un retroceso del 34,93%. En un solo día la acción caía hasta los 7,58 euros, incluso por debajo de los 8,37 con que se tocó suelo tras el ataque de Gotham.
La sesión ya comenzó torcida tras comunicar Grifols que sus resultados no estaban auditados, a la espera del informe de KPMG previsto para antes del 8 de marzo. La auditora precisó que esta demora está dentro de la normalidad. Fuentes financieras señalaron que no es habitual, pero tampoco excepcional, algo que no parece suficiente respecto a Grifols. Tampoco ayudó en los mercados que las cuentas no viniesen firmadas por el consejero James Costos, exembajador de Estados Unidos en España, si bien Grifols aseguró que éste no pudo asistir a la reunión del consejo celebrado el día anterior en Barcelona por motivos per
Grifols perdió un 35% del valor de la acción en una sola jornada
sonales y que no había mostrado disconformidad con el balance presentado.
Todo iba cuesta abajo, y la sombra que arrojó en su momento el informe de Gotham sobre Grifols en cuanto a los problemas de gobernanza y a la relación viciada con Scranton aún se hizo más grande al trascender que la vinculación entre las dos firmas se había incrementado en 2023, incluyendo el pago de un dividendo de 266 millones a esta última por parte de una filial de la multinacional catalana.
Ya al mediodía, en la conferencia con analistas, el presidente ejecutivo de la compañía, Thomas Glanzmann,
tuvo que responder preguntas en relación a estas dudas, y trasladó su plena confianza tanto sobre la auditoría que presentará KPMG como a la investigación que tiene abierta la CNMV. El anuncio de la luz verde definitiva a la venta del 20% de una filial china –1.800 millones de dólares para reducir deuda– así como la posibilidad de llevar a cabo más desinversiones no fueron suficientes.
Cambios en la cúpula
Por lo que respecta a la gobernanza, y tras poner en valor el paso al lado dado por los Grífols para separar la gestión de la propiedad, Glanzmann anunció que a partir de 2025 dejará también las funciones ejecutivas, de modo que Nacho Abia tomará todo el poder en el grupo a partir del próximo año, en lo que se pretende que sea una transición ordenada. Nada sirvió para calmar a los mercados en otra jornada negra para Grifols.
El hecho de que KPMG no haya auditado aún las cuentas desata el nerviosismo en los mercados