ABC (Nacional)

La inesperada vida de Bryan en Múnich

Dos meses lleva Zaragoza en el Bayern y Tuchel ha incumplido las promesas que le hizo. Sólo suma 35 minutos. A su favor, el adiós del técnico en verano y la confianza y cariño de club y vestuario

- RUBÉN CAÑIZARES

El 27 de enero, el Bayern ganaba en Augsburgo ( 2-3) pero aquellos tres puntos le costaron muy caro. Coman se rompió el ligamento interno de la rodilla izquierda y se le estimó un tiempo de baja de unos tres meses. Con el telón del mercado de invierno a punto de cerrarse, los alemanes tuvieron que poner sobre la mesa cinco millones más de euros, para un total de 20, e incorporar a Bryan Zaragoza seis meses antes de lo previsto.

De este modo tan abrupto, en el que el jugador sólo pudo despedirse del Granada a través de una carta en sus redes sociales y sin poder cumplir su promesa de ayudarle en su pelea por la salvación, empezó la vida de Bryan en Múnich, pero la razón era de peso. Quién es capaz de decirle que no al Bayern, sabiendo que ha hecho una apuesta potente por ti y que, además, tiene una urgencia deportiva. Segurament­e, nadie. Y Bryan no iba a ser una excepción.

Llamada de auxilio

Cuando a Tuchel le llegó el parte médico de Coman, lo primero que hizo fue levantar el teléfono y marcar el número del exgranadin­ista. Le prometió un papel protagonis­ta en el equipo, le recalcó que iba a pasar de jugar por la permanenci­a a pelear por la Bundesliga y a escuchar los acordes de Händel de la Champions y, quién sabe, quizás darse un baño de confeti y cerveza mientras escuchaba el ‘ We are the Champions’ de Freddy Mercury el 1 de junio en Wembley. Sonaba celestial. Dos meses después, no es así.

Bryan ha pasado de fichaje estrella del mercado invernal a ser el pim pam pum de Tuchel. El mismo que le suplicó adelantar su fichaje, le tiene marginado en el banquillo, o en la grada, y le utiliza como munición para disparar contra la entidad. Despecho pueril por su inesperado adiós al banquillo del Allianz en cuanto acabe la temporada, decisión que le comunicó el Bayern a mediados de febrero, sólo dos semanas después de la llegada de Bryan, y que él consideró injusta y precipitad­a.

«Como no le han renovado, que es lo que él se pensaba, su manera de tocar las narices es despreciar la apuesta del club por Byran», explican en el entorno del jugador, sorprendid­os de que el chaval sólo haya jugado 35 minutos, repartidos en 20 ante el Bochum y 15 contra el Mainz. Aparicione­s testimonia­les muy lejos de lo prometido: «Tuchel le dijo que sería clave porque Coman ya no volvería a jugar esta temporada. Y, encima, le dejaba más dinero al Granada. Bryan hizo lo que tenía que hacer», recuerda su gente.

Lo fácil para Zaragoza hubiera sido quedarse en Granada estos seis meses, seguir estudiando inglés y alemán, algo que empezó a hacer en diciembre nada más firmar su contrato con el Bayern y que se pagaba de su propio bolsillo, salir del club nazarí en junio, como tenía previsto, y tener el tiempo necesario para preparar su aterrizaje en Múnich. Nada de esto fue así. En lugar de permanecer en esa zona de confort, Bryan eligió ser valiente, resetear su ‘timing’ emocional y afrontar el reto, aunque no fuera en el tiempo y en la forma primitivam­ente pactada.

El Bayern le ayudó desde el minuto uno. Bryan se fue a Múnich con su pareja, una joven chica granadina con la que lleva varios años de noviazgo, y apenas estuvo unos días viviendo en un hotel. A la semana de llegar a la capital bávara, el club germano ya le había puesto una casa y tenía un asesor personal para todo lo que necesitara. Además, le puso clases de inglés y de alemán después de los entrenamie­ntos, dándole continuida­d a lo que él ya había iniciado dos meses antes. De ahí que estuviera fuera de lugar el reproche público de Tuchel: «No entiende el idioma y ahora mismo no puede integrarse del todo precisamen­te por esto. Es difícil para él tanto el alemán como el inglés, y eso es básico. Sabía que sería un paso muy grande para él», dijo. De hecho, la relación entre ambos es escasa y es Nico Mayer, el entrenador asistente, que habla y entiende español, quien le hace de traductor durante los entrenamie­ntos.

Bryan, durante un entrenamie­nto con el Bayern

Aquel palo tuvo una respuesta privada contundent­e del Bayern a Bryan: «Confiamos totalmente en ti. No le tengas nada en cuenta a Tuchel porque el futuro de este club eres tú, no él». Mensaje de apoyo que también ha recibido por parte del vestuario, que lo ha acogido desde el primer día con cariño y respeto, y que se ha volcado con él para lograr una rápida y acogedora adaptación: «Todos los compañeros le adoran», desvela su entorno.

Huella en Granada

Bryan, su familia y su abogado siempre han sido muy recelosos con la vida privada del andaluz. Poco se sabe del jugador una vez que este sale del foco del fútbol y entra en la intimidad de su día a día. De sus asuntos deportivos se encarga la agencia del afamado representa­nte Manuel García Quilón. Todos ellos, empezando por el jugador, están muy tranquilos. Es sólo cuestión de tiempo que pase la marea: «Bryan está muy bien. Sabe perfectame­nte la situa

ción y sabe que ahora tiene que aguantar lo que le ha tocado. Y ya está. Lo de los idiomas es una tontería. El balón no entiende de lenguas».

Eso piensan en el Granada, donde a pesar de su inesperado adiós ha dejado una huella imborrable. Saben que con él hubiera habido muchas más probabilid­ades de salvarse, algo que a estas alturas ya es un milagro, pero entienden el paso dado. De hecho, en el club nazarí están convencido­s de que Bryan no se hubiera ido si hubiera sabido lo que le iba a hacer Tuchel: «Él estaba muy comprometi­do con nosotros. Se ha portado muy bien con el Granada. Una pena lo que en estas primeras semanas le está tocando vivir allí».

A Bryan le quedan aún dos meses de esta temporada para darse su primera alegría en Múnich. El Bayern tiene prácticame­nte perdida la Bundesliga (el Leverkusen le aventaja en 13 puntos, con 21 por jugar), pero aún tiene opciones en la Champions, donde se mide al Arsenal en la eliminator­ia de cuartos. En octavos, ante la Lazio, Bryan no llegó a debutar. Tiene, como mínimo dos partidos más para que así sea. Mientras, como cantaban los Monthy Python en ‘La vida de Bryan’, el jugador mira siempre el lado bueno de la vida (Always look on the bright side of life)».

El reproche del idioma es el modo de Tuchel de fastidiar al jugador y al club por no haberle renovado, decisión injusta a ojos del técnico

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// EFE

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