Jordania, un reino entre la ‘espada’ iraní y la ‘pared’ israelí
▶ Defensor de la causa palestina y, también, aliado de Occidente, el país árabe se halla en un difícil equilibrio
En Jordania, y en buena parte de los países árabes y musulmanes, no se cumple aquella vieja máxima de que «el enemigo de mi enemigo es mi amigo». El reciente ataque de Irán contra Israel, al que el islam está enfrentado por el conflicto palestino, ha vuelto a poner de manifiesto las diferencias y recelos en la siempre explosiva región de Oriente Próximo. Justo en medio de esta encrucijada geográfica, política y religiosa se encuentra Jordania, que ayudó a derribar varios de los más de 300 misiles y drones lanzados por Irán contra Israel en la madrugada del 14 de abril como venganza por el ataque mortal a su consulado en Damasco. La intercepción de dichos proyectiles cuando sobrevolaban el espacio aéreo jordano, que desató en los cielos de Amán una batalla de ráfagas y explosiones que alarmó a sus vecinos, pone al Reino Hachemita de Abdalá II en una difícil situación.
Como nación árabe y musulmana, Jordania es una de las principales defensoras de la causa palestina, a la que envía abundante ayuda humanitaria. Entre otros motivos, porque más de tres de sus 12 millones de habitantes tienen origen palestino o son refugiados de las guerras de 1948 y 1967. Por otro lado, el Reino Hachemita es un aliado de Occidente y depende en gran medida de EE.UU., que tiene tropas en este país estratégico por sus fronteras terrestres con Israel, Siria, Irak y Arabia Saudí.
Señalados desde Teherán
«Jordania está entre la espada y la pared y tiene dificultades entre dos potencias regionales como Israel e Irán. Por muchas razones, Jordania considera a Irán una amenaza inminente para su seguridad, debido a las declaraciones de sus dirigentes señalándonos como objetivo y al tráfico de personas y drogas en la frontera norte con Siria, del que Amán acusa a Teherán. En cuanto a Israel, se entiende que es una amenaza existencial para Jordania. Puede que no sea tan inminente como la amenaza iraní, pero es un riesgo para la entidad e identidad jordana», analiza para ABC Oraib al Rantawi, director del Centro Al Quds para Estudios Políticos, con sede en Amán.
A tenor de este reputado politólogo, que es de origen palestino, «la amenaza es existencial porque Israel, que ha girado a la extrema derecha durante los últimos veinte años, está demoliendo sistemáticamente la solución de los dos Estados y ha priorizado sus intereses sobre Cisjordania, enfocándose en la expansión de los asentamientos de colonos y también en Jerusalén este». Como consecuencia, advierte de que «para Jordania, eso significa que no habrá un Estado palestino viable, lo que supone un peligro porque la emigración de los palestinos es un reto y una seria amenaza».
Aunque Jordania es el país más occidentalizado y abierto de la zona, Al Rantawi ve «una gran división entre el Gobierno y la sociedad, que pide más contundencia contra Israel. No creo que la mayoría de los jordanos estén satisfechos con la postura del Ejecutivo. Y, según los sondeos de opinión, el antiamericanismo en esta región está ahora en su pico más alto».
División Gobierno-sociedad
El Gobierno jordano argumenta que no derribó los proyectiles iraníes para defender a Israel, sino para proteger la seguridad del país porque se trataba de una inaceptable violación de su soberanía. «Esa es la explicación oficial, que ha tenido cierto eco en la sociedad. Pero no entre todo el público porque muchos creen que, como este ataque no amenazaba a Jordania, deberíamos haber hecho la vista gorda en lugar de defender a Israel, que es nuestro enemigo», señala el experto.
A cambio de situarse al lado de EE.UU. e Israel, Jordania obtiene «mucho aprecio y apoyo de Occidente», pero Al Rantawi matiza que «por desgracia, hasta ahora no hemos visto beneficios económicos, a menos que se esté discutiendo». En este sentido, compara la situación con Egipto, donde su presidente, Al Sisi, «ha obtenido una gran ayuda de la UE y del Fondo Monetario Internacional». En concreto, se refiere al acuerdo de 7.500 millones de euros firmado en marzo con Bruselas para detener el éxodo migratorio y a la ampliación de un crédito del FMI de 3.000 a 8.000 millones de dólares (de 2.800 a 7.500 millones de euros).
Para Al Rantawi, «la postura del Gobierno no es fácil de manejar porque hay mucho odio a Israel por lo que está ocurriendo no solo en Gaza, sino también en Cisjordania. Por eso hay mucha gente a favor del ataque iraní con independencia de sus motivos, ya que es un respaldo a los palestinos».
Aquí surge la división histórica del islam entre los países suníes, como Jordania, y los chiíes, como Irán, una nación persa cuya agenda política en Oriente Próximo choca con otras potencias regionales como Arabia Saudí.
Para Mousa al Wahsh, exdiputado de los Hermanos Musulmanes que nos recibe en su oficina junto a la mezquita de Nimr Abu Hassan, en el barrio de Hai Nazzal, «la resistencia palestina no pregunta por los motivos de Irán porque no recibe ayuda militar de ningún país árabe. Al contrario, estos le pidieron que entregara sus armas».
Nacido en el seno de una familia palestina que huyó de Belén, afirma que «al no contar con el apoyo de los países suníes de alrededor, Palestina puede aliarse con cualquier otro estado, no solo con Irán». De todas maneras, puntualiza que «los misiles y drones iraníes contra Israel no eran para defender a Gaza, sino su respuesta al ataque a su consulado en Damasco».
Espacio aéreo
Aunque critica que dichos proyectiles pasaran por el espacio aéreo jordano, advierte de que «todo lo que ha sucedido es una humillación para nosotros y algo intencionado para meternos en el conflicto y demostrar al mundo que defendemos a Israel». Pero distingue entre «la postura del Gobierno y la del pueblo jordano, que apoya al 100 por ciento a la resistencia en Gaza contra la ocupación israelí». Para Al Wahsh, y para la mayoría de árabes y musulmanes, «el ataque de Hamás del 7 de octu
«Jordania ve a Irán como una amenaza para su seguridad, pero Israel lo es para su existencia», dice el politólogo Orai Al Rantawi
«Teherán es el único que apoya a Hamás, a quien los países árabes le pidieron entregar las armas», dicen los Hermanos Musulmanes