ABC (Nacional)

Nadal sigue bailando

▶ El balear es un poco más él mismo ante De Miñaur y aunque con cautela, luce gran nivel y se gana otro día más en Madrid

- LAURA MARTA

Rafael Nadal no se quiere ir. Se resiste al tiempo siendo Nadal, partido de lucha, orgullo, revés y rabia. Deshace a Alex de Miñaur, que lo había doblegado en Barcelona hace una semana, y vuelve a sentirse un poco más él, aunque admita que no, que no es todavía el de antes, que está todavía en el proceso, pero se gana una opción más. «Vamos día a día, es difícil pensar en grandísima­s cosas. Después de estos meses difíciles deportivam­ente, siempre te queda dentro la ilusión de vivir días así. He podido ser competitiv­o y haciendo cosas que no podía hacer estos últimos días», admite manteniend­o los pies en la tierra: «Hay cosas que no las puedo hacer aún de la manera en que me gustaría. Tengo que ir todavía con un poco de cuidado. Tengo que recuperar la confianza en mi cuerpo». Ayer, convertida la Caja Mágica en una olla de presión porque se cierra el techo y los aplausos y las vibracione­s del público retumban con cada «Rafa, Rafa, Rafa», hasta el Rey presencia en primera fila cómo la lógica de Nadal se impone sobre todo lo demás, problemas con el físico, falta de preparació­n, y a De Miñaur.

No hay ninguna duda de que quien está jugando es Nadal, y todo lo que lo rodea, que no es sólo un jugador que juega el tenis: derecha vertiginos­a, aunque con precaución, y puntos que hacen forzar el cuádriceps y que quemen las manos de tanto aplaudir. Es Nadal en su más pura esencia, incluso cuando discute con el juez de silla porque ha parado un punto porque ha visto la pelota fuera, pero no lo observa así el juez. «No voy a seguir jugando», amenaza el de Manacor, lluvia de silbidos porque esto, en esta pista, a Nadal, no se le hace. Pero se revuelve de la situación y continúa: levanta dos bolas de ‘ break’ con la rabia de siempre.

Empujado por un «sí se puede», porque nadie quiere hablar de adiós, el que menos, Nadal, un «cómo te queremos » , que grita otro espectador, como si hubiera alguna duda, y un «¡quédate!» desesperad­o. Porque no entra todavía en la cabeza la posibilida­d de no verlo más, de no sentirlo más. Nadal menos que nadie. Retumba como si fuera un trueno el ‘ break’ que convierte para empatar a cuatro, y otro más cruza el estadio Manolo Santana cuando se pone por delante 5-4. «A por ellos, a por ellos», se desata ya el graderío, porque esto ya es vislumbrar la posibilida­d de ganar, el milagro, y no solo caer con dignidad en este último baile.

Rafa es mucho más

Elevado por esta adrenalina que recorre las 12.500 butacas, lidera los puntos en el ‘tie break’ como si no existiera el mañana. Si juega con cautela apenas se nota, aunque luego sí cuente detalles: «Necesito jugar con táctica para que no sucedan las cosas muy rápidas, para no tener que hacer movimiento­s muy acelerados. He podido girar más el revés, y tengo que jugar más largo y alto. Lo he llevado a cabo y el nivel de tenis y de físico lo he mantenido correcto más de dos horas y eso es una buena noticia». Tiene hasta cuatro bolas de primer set, dos con saque, pero es al resto, a la quinta, como consigue inmortaliz­ar aún más su leyenda: esto es Nadal. Y digo ‘esto’ porque es mucho más que tenis.

Es que haya colas interminab­les para verlo jugar, que la gente enloquezca cuando sale después del partido a compartir unos minutos en un plató en uno de los pasillos de la Caja Mágica, que han sido muchas jornadas compartida­s desde el televisor y es parte de la familia. Así lo expresa la Manolo Santana, con un «viva Nadal, viva el Rey y viva España», tan típico de esta pista, y así lo recoge el balear, puños al cielo

Rafael Nadal

«Para ver un cambio debo estar convencido de que mi físico responde. Tengo que recuperar la confianza en mi cuerpo»

«Aún no puedo hacer todo como me gustaría, pero voy a jugar cinco partidos en dos semanas por primera vez en dos años» «Es el final y los finales son emotivos, pero desde que he venido aquí, he vivido momentos inolvidabl­es» «Lo que he mejorado mucho es el saque. Me lo he podido sacar de la cabeza, aunque sin hacer el burro»

y rabia desatada cuando logra otro ‘ break’ al inicio del segundo set y a De Miñaur se le empieza hacer un mundo jugar contra este Nadal. Que no es el de las grandes tardes de mordiscos, pero tampoco el que se dejó llevar en el segundo set en Barcelona porque ahí «no era el momento de morir».

Tampoco lo es en esta tarde que se despeja conforme ve ganar a Nadal, pero para el campeón de 22 Grand Slams es este triunfo casi un título de los buenos. No le cambia la perspectiv­a, vuelve a repetir después, pero es una batalla más ganada al tiempo y a su cuerpo, que responde durante dos horas, destrozado De Miñaur, que asiste atónito al enésimo milagro del balear. Uno que celebra la grada porque habrá un día más de Nadal en Madrid. Brazos al cielo porque a la segunda bola de partido, regalo del australian­o, 11 del mundo, con una doble falta,

Nadal sigue aquí. «Por momentos ha sido un buen nivel de tenis, muy feliz de ser competitiv­o contra Miñaur. No puede agradecer suficiente a la gente, el ambiente. Si consigo enlazar varios partidos puedo ver hasta dónde llego. Pero día a día. Hoy ha sido una tarde increíble, en Madrid con esta gente, para mí es una sensación única, vivir una tarde así de nuevo significa muchísimo». Después de hoy, ya nadie se atreve a poner fecha al homenaje. Mañana, Pedro Cachín, 29 años y 92 del ranking.

 ?? // REUTERS ?? Nadal golpea de revés en su partido de ayer ante De Miñaur
// REUTERS Nadal golpea de revés en su partido de ayer ante De Miñaur
 ?? // TANIA SIEIRA ?? Felipe VI preside el palco de ilustres en el partido de Nadal
// TANIA SIEIRA Felipe VI preside el palco de ilustres en el partido de Nadal

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain