Taylor Swift: el fenómeno que revoluciona la industria musical
▶ «Si ella fuera una economía, sería más grande que 50 países», comentó el presidente de una empresa de investigación online
Es la mujer más poderosa del ‘showbusiness’ y se llama
Taylor Swift. En tiempos en lo que se habla de la ‘ muerte’ de la música, ella ha sido capaz de girar nuevamente la visión de la industria para hacerla más lucrativa que nunca. A sus 34 años, ya no hay quien la tosa. Pero, ¿qué hay detrás de este increíble fenómeno llamado Taylor Swift? Su impacto va mucho más allá de lo musical y ‘USA Today’ recientemente anunció la contratación de un reportero dedicado exclusivamente a Taylor Swift. Y en España una revista como ‘Lecturas’ abandonó su habitual perfil rosa para dedicarle la portada. Ella es la gran historia del momento en el mundo del espectáculo por lo que es y lo que mueve.
Su gira ‘Eras’ es un espectáculo global de 149 fechas que durará hasta finales de año, con parada en el Santiago Bernabéu el 29 y 30 de mayo. En noviembre del pasado año se convirtió en la primera gira de conciertos que cruzaba la marca de los mil millones de dólares en ingresos, según Pollstar. No solo fue la gira número uno a nivel mundial y en Norteamérica, sino que también recaudó la friolera de 1.040 millones de dólares con 4,35 millones de entradas vendidas en 60 fechas de gira, según la publicación especializada en conciertos. Vendió más de 2 millones de entradas en un día, lo que provocó la quiebra de Ticketmaster. Y los asistentes a su concierto en Seattle en julio crearon una actividad sísmica equivalente a un terremoto de magnitud 2,3. Swift ha logrado situarse por primera vez entre los más ricos del mundo, según el listado anual publicado por la revista ‘Forbes’, que sitúa a la artista entre las 2.781 personas con una fortuna estimada de al menos 930 millones de euros. Pero el impacto de Taylor Swift va mucho más allá de las cifras microeconómicas y Bloomberg estima que los 53 conciertos que llenaron estadios en Estados Unidos el pasado año han añadido alrededor de 4.600 millones de dólares a la economía en general entre viajes, alojamientos y otros gastos. Un impacto tan grande que ya tiene nombre: ‘Swiftonomics’. «Si Swift fuera una economía, sería más grande que 50 países», comentó recientemente el presidente de una empresa de investigación online.
En julio se convirtió en la primera mujer en tener cuatro álbumes entre los diez primeros de Estados Unidos a la vez y consiguió más álbumes número uno que cualquier otra mujer en la historia para un total de 12, rompiendo el récord de Barbra Streisand.
Unos meses antes, se había convertido en la primera artista en ocupar los diez primeros lugares de la lista de sencillos ‘Billboard Hot 100’ de Estados Unidos. ¿Su secreto? La capacidad para detectar las oportunidades de mercado sonando creíble. Un ejemplo estuvo durante la pasada pandemia. En un movimiento inteligentísimo, decidió sacar álbumes minimalistas de folk. El mundo necesitaba introspección y ella lo ofreció. Hizo canciones a bajo coste y se ganó el favor de los críticos más duros. Y ahora, para llenar estadios, propone canciones comerciales y pegadizas para los millones de fans que quieren saltar y cantar. Eclecticismo.
¿Crisis de la industria musical? Sus canciones han sido reproducidas más de 36.000 millones de veces. Es la estrella pop más grande del mundo, un fenómeno ya solo a la altura de la Beatlemanía o del
Michael Jackson de los 80. En Estados Unidos, un asombroso 53% de los adultos se consideran fanáticos de Swift y el 16% se identifica como ‘Swifties’, como se conoce a sus seguidores más acérrimos. Desde el comienzo de su carrera, Swift ha tratado excepcionalmente bien a sus fans. Ella realiza extensos encuentros y saludos después de cada espectáculo: su personal selecciona a asistentes a los conciertos para recepciones privadas. Y son conocidas sus donaciones. Tiene más de 500 millones de seguidores en las redes sociales y se estima que hay 100 millones de Swifties en todo el mundo.
Habría que decir, por más que ahora viva su mayor momento de gloria, que su éxito no viene de hace dos días, pues ya tuvo números uno en 2009, 2014, 2017, 2019, 2020 y 2022. Fue una niña prodigio y a los 13 años, el sello RCA, de Sony Music, le ofreció un contrato de desarrollo y un año después convenció a sus padres (de clase alta) para que se mudaran de Pensilvania a Nashville para ayudarla a dedicarse a su música. Debutó en la industria cuando sólo tenía 16 años con un disco country. Desde entonces, ha lanzado diez álbumes y ha ganado 12 premios Grammy entre 46 nominaciones por discos de todos los estilos.
El secreto del éxito de Taylor Swift es que domina todas las aristas del negocio y se implica en ellas. Tiene ética de trabajo, conocimiento del marketing, instintos comerciales, determinación, ambición, facilidad para componer, buena voz e instinto. Sabe cómo sorprender y rentabilizarlo al máximo. « Swift es una experta en composición con un don intuitivo para la arquitectura de verso-estribillo-puente», señaló la revista ‘Rolling Stone’. Domina eso de los estribillos que convierte la canción en algo que no te sacas de la cabeza y que necesitas tener en tu móvil.
Su actividad musical ha tenido un efecto sísmico en el negocio por sus altas dosis de independencia. En 2014, retiró todo su catálogo de Spotify en protesta por los bajos pagos de royalties del servicio de ‘streaming’. «Por las cosas valiosas hay que pagar», afirmó. Y mantuvo el boicot durante casi tres años. Al tiempo, no le cuesta expresar el alto sus ideas políticas y Donald
Trump suele ser uno de los mayores destinatarios de sus iras. En el horizonte se adivinan una certeza y una incógnita: se sabe que seguirá batiendo récords con su gira durante el presente año, pero se desconoce cuál será su próximo movimiento. Se podría pensar en un caso así que un artista ya ha alcanzado su techo y a partir de aquí solo puede llegar la caída, ya sea abrupta o controlada. Pero Es que hablamos de Taylor Swift…