LOS NUEVOS LÍDERES CLIMÁTICOS SALEN A ESCENA
Si para algo ha servido la Cumbre del Clima que tuvo lugar en noviembre en Marrakech es para constatar que la acción climática es imparable y quién es quién en el nuevo orden climático tras las elecciones de Estados Unidos. A la espera de lo que la futura Administración Trump haga en materia de cambio climático, los países y las empresas han dejado claro que la transición hacia un modelo bajo en carbono es imparable e irreversible. China mostró su voluntad férrea de seguir adelante desde el día siguiente de las elecciones estadounidenses. Hasta Arabia Saudí, país petrolero que históricamente mantenía en vilo hasta el final el resultado de muchas de estas citas climáticas, defendió con ahínco en Marrakech el tratado climático. Lo cierto es que el orden climático internacional se ha desbaratado y los actores protagonistas están cambiando. La UE, que parecía que iba a liderar este proceso ocupando el hueco de EE.UU., por ahora no lo ha hecho y el llamado «paquete de invierno», presentado hace escasas semanas, es considerado por muchos poco ambicioso.
Así las cosas habrá que ver qué pasa con el director de la Agencia de Protección Ambiental propuesto por Trump, que es un negacionista confeso del cambio climático, o con Rex Tillerson, jefe del gigante petrolero Exxon Mobil que Trump ha nombrado secretario de Estado. No obstante, muchos analistas creen que la idea de Trump de estimular la producción de carbón una vez que asuma su cargo, podría dejar al país atascado en el pasado, mientras países de Europa, Asia y Oriente Medio, incluso, persiguen una revolución energética donde las renovables ofrecen mejor rendimiento. Mientras, el primer ministro de Fiyi, país que presidirá la próxima cumbre del clima, ha invitado a Trump a esta isla del Pacífico sur para que pueda ver con sus propios ojos el efecto del aumento del nivel del mar.