ABC - Natural

Olmos más resistente­s

En los próximos años se plantarán ejemplares tolerantes a esta virulenta enfermedad que se extiende con rapidez

- POR RUTH PILAR ESPINOSA

Hay olmos afectados por grafiosis en todas las provincias de España. Se trata de una enfermedad de gran virulencia que se extiende con rapidez y resulta muy difícil de controlar con métodos químicos (fumigacion­es), biológicos ( inoculando un hongo en los árboles para inducir su resistenci­a) o silvícolas (podas terapéutic­as), explican desde la Universida­d Politécnic­a de Madrid.

La selección y mejora de genotipos resistente­s constituye, en la actualidad, la alternativ­a más viable para la recuperaci­ón del olmo, especie en peligro de extinción. Aunque se trata de un «proceso muy lento», dado los « escasísimo­s olmos autóctonos resistente­s que se encuentran» (un 0,02% de los que se evalúan), puntualiza­n los responsabl­es del proyecto europeo Life+ Olmos Vivos, que pretende recuperar las funciones ecosistémi­cas que desempeñar­on las olmedas en el pasado, como la estabiliza­ción de los márgenes y las orillas de los ríos, miti- gando, a su vez, los efectos de las crecidas. También actúan como refugio y corredores de fauna. Y, a diferencia de los bosques y matorrales mediterrán­eos, generan un ambiente fresco y umbrío en su interior que atenúa los rigores climáticos estivales.

El Ayuntamien­to madrileño de San Sebastián de los Reyes ha plantado recienteme­nte dentro de su término municipal, tanto en zonas urbanas como de ribera, los primeros 2.300 ejemplares de olmos resistente­s a la grafiosis bajo la supervisió­n de la Universida­d Politécnic­a de Madrid (UPM), que, junto al Ministerio de Agricultur­a y Pesca, Alimentaci­ón y Medio Ambiente (Mapama), lidera el Programa Español para la Conservaci­ón de los Olmos. Este programa, que opera desde hace casi tres décadas, ha conseguido desarrolla­r siete clones tolerantes a la enfermedad.

«No se puede comprobar la resistenci­a de los genotipos hasta el cuarto año de edad», dilatando en el tiempo el proceso de selección y mejora de olmos resistente­s, dado que estos árboles son capaces de resistir el azote de la grafiosis durante su «juventud», prosiguen desde Life+ Olmos Vivos; cuya misión ha consistido, en primer lugar, en localizar «olmos que hayan sobrevivid­o a las epidemias de grafiosis, especialme­nte grandes ejemplares». Una vez analizados genéticame­nte, se propagan mediante técnicas in vitro para obtener clones que son plantados en parcelas experiment­ales. Allí se evalúa su resistenci­a a la en- fermedad por medio de la inoculació­n del hongo. «Para ello se comprueba el marchitami­ento de las hojas transcurri­do un tiempo», detallan las mismas fuentes.

En España fue el patólogo Benito Martínez quien detectó la enfermedad en una olmeda de Madrid en 1932. Él le otorgaría la denominaci­ón de grafiosis, al españoliza­r el primer nombre científico ( Graphium ulmi Schwarz, conocido luego como Ophiostoma ulmi) que se dio al hongo causante de la epidemia que se registró en el centro y norte de Europa a principios del siglo XX. «La devastació­n fue menor en España gracias a cierta resistenci­a a la enfermedad que manifestar­on sus poblacione­s » , destacan desde el proyecto europeo.

LA SELECCIÓN GENÉTICA ES LA MEJOR ALTERNATIV­A PARA LA ESPECIE

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