Bajar los humos a las ciudades
Uno de los grandes retos del siglo XXI es hacer ciudades más habitables y sostenibles. Antes de que las «boinas» de contaminación acapararan las páginas de los diarios con mayor frecuencia de la deseable para nuestra salud y el «dieselgate» revelara el fraude en las emisiones de los vehículos, ABC Natural ya llevaba a portada el desafío del transporte en las ciudades. En aquellos años empezaba ya a hablarse de movilidad sostenible en nuestro país, con algo de retraso con respecto a países de nuestro entorno que desde hacía tiempo estaban apostando por interesantes medidas, y, por ejemplo, Barcelona acababa de poner en marcha su servicio de alquiler de bicicletas públicas. En el reportaje se aportaban ya ideas para compartir vehículo; de reducir la velocidad en las vías urbanas y en las de acceso a las ciudades; aumentar los carriles bici, etc. Sin embargo, la reducción del tráfico urbano sigue siendo una asignatura pendiente en las ciudades españolas. El problema es de salud pública, pues respirar aire contaminado está detrás de la muerte prematura de 450.000 personas en Europa, de las que 27.000 ocurrieron en España. Son datos del último Informe anual de Calidad del Aire de la Agencia Europea del Medio Ambiente. Y es que casi todos los habitantes de las ciudades europeas (98%) están expuestos a contaminantes a niveles considerados inseguros por la Organización Mundial de la Salud.