TRUMP SE QUEDA SOLO EN SU ESPANTADA CLIMÁTICA
El año que acaba de terminar comenzó con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y la amenaza de sacar a Estados Unidos del Acuerdo de París, cosa que cumplió menos de seis meses después. Las decisiones en materia climática que toma el segundo emisor mundial después de China son importantes para el resto del mundo, pues el cambio climático es un problema global que requiere de una respuesta conjunta. Sin embargo, no parece que el mercado haya secundado la espantada de Trump. Mientras el precio de las energías solar y eólica sigue cayendo y el 23,7% de toda la electricidad ya es generada con renovables, hasta los propios supuestos beneficiarios de las políticas de Trump, esto es, los conglomerados energéticos basados en combustibles fósiles, han mostrado sus reticencias a los subsidios anunciados por la Administración estadouniense para el carbón y la energía nuclear, alegando que las ayudas no sirven a la competitividad. Por tanto, el mercado está dejando diluida buena parte de la pretendida relajación regulatoria en materia energética. Fuera de sus fronteras, tampoco nadie le ha seguido. Mientras China pone en marcha el mayor mercado de carbono del mundo, que pretende incentivar y acelerar la transición energética en el gigante asiático, el Banco Mundial anunciaba que dejará de financiar proyectos de petróleo o gas. Al mismo tiempo, más países se han comprometido a abandonar el carbón antes de 2030. En Europa ya son Austria, Reino Unido, Italia, Francia, Bélgica, Finlandia, Holanda, Portugal y Grecia. Y en cuanto al transporte, sector que representa el 22% de las emisiones de CO , la cosa también empieza a moverse: Holanda se compromete a que en 2030 solo se vendan coches sin emisiones; Escocia fija ese compromiso en 2032, y Volvo anuncia que todos sus coches serán eléctricos o híbridos en 2019.