GALICIA El régimen de lluvias y fuegos está cambiando
La sucesión de borrascas que desde el mes de diciembre ha afectado a toda la cornisa cantábrica y a Galicia con especial intensidad ha permitido dejar atrás casi por completo la situación de alerta por sequía decretada en la comunidad gallega a finales de 2017. A la espera de que la Oficina técnica de la Xunta encargada de esta materia se reúna para evaluar el impacto en los embalses y ríos gallegos de los últimos temporales, este organismo decidió el mes pasado levantar la situación de alerta excepto en tres subzonas de las provincias de Lugo y Orense.
Los números hablan por sí solos. Si a principios del mes de diciembre las presas de abastecimiento de la demarcación Galicia-Costa rondaban el 40% de su capacidad, en la actualidad superan el 78%, una cifra cuatro puntos superior a la media de la última década y que ya ha obligado a abrir las compuertas de algunos embalses. Aunque también ha experimentado una notable mejoría, la otra gran demarcación en la que se divide la Comunidad gallega, la del Miño-Sil, aún está lejos de la normalidad (al 61%, cuando la media de la última década es de un 74%).
Ante este escenario, desde la Xunta piden no bajar la guardia e insisten en la incidencia palpable de los efectos del cambio climático. «Los expertos indican que el cambio climático ha venido para quedarse, y Galicia estará en una franja en donde estos episodios de períodos con décifit de precipitaciones van a ser más frecuentes. No va a llover mucho menos, pero sí todos indican que va a llover de forma distinta. Va a haber períodos más largos de escasez de precipitaciones y va a llover más concentrado. Es una realidad » , apunta a ABC el director de Aguas de Galicia.
La muestra más palpable de los efectos del calentamiento en Galicia es la incidencia de los incendios forestales. Si antes la amenaza del fuego y de los factores que ayudan a su propagación (altas temperaturas, baja humedad y fuertes vientos) se registraba casi en exclusiva durante el verano, en los últimos años las llamas se han cebado con la región en primavera y otoño.
Con el fin de preparar a la región para nuevos períodos de sequía y sus efectos colaterales, la Xunta prepara una ley para dar una «mejor respuesta» a los períodos de sequía.