Una palabra para combatir la basura en la naturaleza
n la era de las nuevas tecnologías, la comunicación y las redes sociales es muy difícil dar a conocer algo que no tenga un término concreto, una palabra que con su sola mención sirva para saber de lo que se habla. Es lo que ocurre con el abandono de residuos en la naturaleza, un problema ambiental que no para de crecer, pero para el que no hay término en español –hasta ahora se usaba en inglés, littering– que facilite la divulgación de esta problemática a la sociedad. Por eso, desde Libera, la iniciativa de SEO/BirdLife en alianza con Ecoembes para liberar a la naturaleza de basura, se ha propuesto una palabra alternativa: basuraleza.
Un término del que desde Libera esperan se generalice su uso para que pueda quedar recogido en el Diccionario de la Lengua Española. De momento, las acepciones de la definición propuesta de basuraleza son: residuos generados por el ser humano y abandonados en la naturaleza; conjunto de elementos generados por el hombre que alteran el equilibrio de los ecosistemas, y agente de cambio global que está afectando a los espacios y especies naturales.
«Se trata de poner nombre y sacar a relucir esta grave amenaza que, de forma sigilosa, está alterando los entornos naturales de todo el planeta», dice Federico García, responsable del área Social de SEO/ BirdLife, quien explica que cada vez existe un mayor consenso en que la basura en la naturaleza es un agente de cambio global, de la misma forma que lo son las emisiones de gases de efecto invernadero.
Y es que el impacto de la basuraleza sobre la vida silvestre, por ejemplo, no para de crecer. En 1997, una exhaustiva revisión contabilizaba 247 especies afectadas por este problema. En 2016 un informe triplicó el dato hasta alcanzar las 800 especies.
Los efectos sobre la vida silvestre son muchos y variados. Desde tortugas que mueren tras haberse enganchado en una anilla de plástico portalatas; aves marinas, como la amenazada pardela balear, que ingieren los materiales plásticos al confundirlos con su alimento, o en tierra, un ave tan común, pero en declive, como la perdiz roja que cada día ve cómo su hábitat se degrada por la expansión de escombros y residuos. Además, los residuos son una fuente de contaminación difusa y se convierten en vectores de transmisión de enfermedades y organismos, advierte García.
Desde Ecoembes, entidad que gestiona el reciclaje de envases de plástico, latas y bricks, su portavoz, Nieves Rey, explica que se están caracterizando y clasificando todos los residuos recogidos en las campañas realizadas en montes, mares, playas y ríos. Además, tras el éxito del año pasado, el 16 de junio tendrá lugar la segunda gran recogida nacional de basuraleza.
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