Recuperación de procesos naturales
La renaturalización de zonas abandonadas, clave para impulsar economías locales basadas en la naturaleza
Prevenir, detener y revertir la degradación de ecosistemas es urgente. Inmersos en la Década de la Restauración, declarada por Naciones Unidas, las soluciones basadas en la naturaleza se vislumbran como el mejor camino y, entre ellas, cobra fuerza el rewilding o renaturalización. Deli Saavedra es uno de los mayores expertos en procesos de renaturalización. Doctor en biología y consultor ambiental, a día de hoy trabaja como rewilding manager en Rewilding Europe: «Necesitamos tener grandes ecosistemas resilientes con el mayor número de piezas que, en muchas ocasiones, la naturaleza no puede poner por sí sola y necesita de nuestra intervención. Pero a la vez, tenemos que relajarnos y dejar que se gestione por sí misma».
Despoblamiento rural
Saavedra conoce muy de cerca lo que es el despoblamiento rural pues vive en un pequeño pueblo del Ampurdán con solo noventa habitantes: «El abandono de las tierras no es un problema español, se calcula que en Europa de aquí a 2030 afectará a 300.000 kilómetros cuadrados, una superficie equivalente a sumar las dos Castillas, Andalucía y Extremadura. Y ocurrirá queramos o no». Frente a ello, explica que el rewilding plantea renaturalizar estos grandes espacios abandonados, conservando sus ecosistemas favoreciendo la vuelta de especies, convirtiéndolos en sumideros de carbono y, a la vez, creando una economía basada en la naturaleza para que las poblaciones locales puedan seguir viviendo de nuevas actividades cuando se han perdido las tradicionales.
Uno de los grandes problemas que ha acarreado el éxodo rural ha sido la pérdida de la ganadería extensiva. Los herbívoros silvestres fueron reemplazados por otros domésticos pero, cuando estos últimos desaparecen, los terrenos se llenan de matorrales, se pierde heterogenidad en los ecosistemas y se degradan siendo, por ejemplo, la mecha perfecta para incendios forestales.
Hervíboros
La recuperación de la herviboría es uno de los principales objetivos del rewilding, pero en referencia a la reintroducción de animales extintos como el bisonte, o los intentos de revivir al uro, Saavedra puntualiza «que no hay que poner el acento en un animal u otro, sino en su función ecológica, y no si es una vaca, un bisonte o un kulan». Y aclara: «No se trata de volver un siglo atrás, o cincuenta o 5.000 años. No vamos a recuperar ecosistemas del pasado, primero porque nadie quiere volver a vivir como hace trescientos años y por otro porque tenemos factores nuevos como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad... pero esto no impide que podamos tener espacios naturales potentes beneficiosos para la naturaleza, la economía y la vida de las poblaciones locales. El rewilding mira hacia el futuro», sentencia.
Existen ocho zonas en las que trabaja Rewilding Europe, ninguna, de momento, en España. De ello sabe bien Jordi Palau, ingeniero de montes, experto en gestión de áreas protegidas y reservas de caza es autor del libro «Rewilding Iberia» (Lynx Edicions) en el que, a través de cerca de cuatrocientas páginas, explora las posibilidades de la renaturalización en España.
Palau considera que hay un gran potencial en nuestro país pero falta concienciación y conocimiento de los beneficios que puede aportar. «Mucha gente piensa que consiste solo en liberar animales grandes y extintos para que los turistas vayan a verlo. Esta es una idea muy simplificada para algo que es mucho más complejo», explic, al tiempo que precisa que «renaturalizar no es la solución a todos los problemas ambientales, ni es aplicable a todo el territorio. Debe entenderse como un complemento para alcanzar un escenario más amplio en la conservación de la naturaleza pero sin reemplazar lo que ha hecho hasta ahora».
Como ingeniero de montes, Palau sabe bien lo que supone el abandono de la tierra fruto del éxodo rural que afecta a muchos territorios. «Como consecuencia de la despoblación y la disminución del pastoreo la tierra se cubre de bosques o matorrales monótonos muy propensos a incendios forestales. Y el cambio climático está empeorando esta situación. Existe un enorme potencial para recuperar el papel del fuego controlado y de los grandes herbívoros domésticos o silvestres, con los animales que pastan libremente, como los caballos salvajes y los bovinos, que ayudan a crear y mantener paisajes de mosaico ricos en biodiversidad y más resistentes a los incendios forestales».
Complejos bioregionales
LA PÉRDIDA DE GANADERÍA EXTENSIVA FOMENTA EL AVANCE DEL MATORRAL Y EL PELIGRO DE INCENDIOS
Palau coincide con Saavedra en que estas tierras abandonadas plantean enormes desafíos socioeconómicos, pero también brindan nuevas oportunidades para regenerarlas mediante el desarrollo de economías basadas en la naturaleza de las que se beneficien las comunidades locales, que es algo imprescindible. Y recuerda que el rewil
no es dejar que el abandono de la tierra siga su curso sin intervención alguna, sino recuperar los procesos naturales que se han debilitado o, incluso, perdido.
Palau propone «complejos de renaturalización bioregionales»: extensos mosaicos de tierras formados por varias zonas núcleo de rewilding, situadas en los lugares socialmente más apropiados y por una matriz, en la cual los usos del suelo fueran compatibles con esta renaturalización como la caza, la ganadería extensiva o el aprovechamiento forestal. Extensas zonas claves de restauración que con el tiempo puedan mejorar los grandes espacios naturales que ya tenemos. Y es optimista sobre la renaturalización en nuestro país: «Si aumenta la conciencia y el entendimiento social, si se establecen colaboraciones público-privadas, si hay apoyo de las comunidades locales y se entiende que beneficia tanto a la naturaleza como a las personas, el futuro del rewilding en España resulta prometedor», sentencia.