Restauración post incendio y financiación
Dentro de la fatalidad que supone un incendio, la restauración de zonas quemadas supone una excelente oportunidad para repensar el paisaje: revisar los patrones del territorio quemado, remediar los errores cometidos en el pasado en el diseño y gestión del territorio, evitando que vuelva a ser pasto del fuego incontrolado dentro de 20 o 30 años. Así de claro lo señala el informe de WWF que «se sabe que reemplazar simplemente la masa forestal que se quemó no está justificado para alcanzar una recuperación exitosa. Hasta hace poco, en la Península Ibérica se tendía a recuperar la misma estructura y composición vegetal que la afectada por el incendio, lo que suponía someter al ecosistema y a la población a un riesgo creciente de incendios cada vez más destructivos. Tras un gran incendio, además de revisar las deficiencias en las capacidades de extinción y la respuesta de la emergencia debe hacerse un esfuerzo por restaurar el paisaje, abordando las causas fundamentales y fomentando la adaptación y la resiliencia social y ambiental», y explica que en desastres que no son incendios forestales, como huracanes o inundaciones, los científicos han identificado hace tiempo que el período de recuperación posterior al evento es clave para reducir el riesgo futuro. Los procesos de restauración post-incendio suponen por tanto una oportunidad para generar cambios que