Residuos reciclados, fuente de recursos
Economía Circular 2.0 Transformación de basuras en materias primas para ropa, calzado, muebles, juguetes y madera «sintética»
Las nuevas tecnologías ofrecen innovadoras vías para facilitar el reciclaje y maximizar la transformación de residuos en nuevos recursos. En un contexto de escasez de materias primas y de cambio climático, la Comisión Europea pide que se recicle el 65% de los residuos municipales y el 80% de envases de aquí a 2030 y prohíbe arrojar a vertederos residuos reciclables a partir de 2025. En aras de que la economía circular sea una realidad, la innovación llama a la puerta del reciclaje y surgen tanto procesos como objetos novedosos.
España se sitúa por encima de la media europea en patentes de reciclaje de plásticos y en diseño de bioplásticos y destaca por su alto grado de especialización e innovación en torno a estos materiales, según un estudio de la Oficina Europea de Patentes (EPO). Las empresas e instituciones de investigación españolas han presentado el 5% de las patentes europeas, siendo el CSIC la institución que lidera la innovación en este campo, en el que también destacan otras instituciones públicas como la Universitat Politécnica de Valencia o la Universidad de Santiago de Compostela. Una apuesta por la sostenibilidad en la que la mayoría de los sectores están realizando serias inversiones en I+D+i.
Planta piloto y pionera
Hace poco más de una semana Inescop (Centro Tecnológico del Calzado) ha dado a conocer en sus instalaciones de Elda (Alicante) la primera planta piloto de Europa para la recuperación de residuos y su transformación en materias primas para los sectores del calzado, el textil y juguetes. En España se estima que estos tres sectores generan unos tres millones de toneladas de residuos (en su mayoría de excedentes de fabricación y posconsumo) que acaban en vertederos. «La valorización y el reciclado del calzado, textil y juguete es complejo al tratarse de productos multicomposición, que emplean de media unos 40 materiales diferentes, como los que componen un zapato», explica Borja Mateu, técnico investigador del departamento de Medioambiente y Sostenibilidad de Inescop.
Este pionero «Demostrador de Industria Circular» se inspira en maquinaria de la minería, del reciclaje de vidrio y del plástico y se ha adaptado a los productos de los tres sectores. «Separa los materiales férricos de los no férricos, el cuero, la parte polimérica y la borra textil. Con el uso de esta tecnología, las empresas conseguirán reducir sus residuos, reutilizar sus excedentes, tanto para su propia fabricación, como para convertirlos en materias primas que puedan emplearse en otros sectores como el del mueble o automoción, y su huella de carbono, convirtiéndose así en una empresa circular», sentencia Mateu.
Envases de suero de leche
En los más de 13.000 metros cuadrados de instalaciones del centro tecnológico Ainia se llevan a cabo investigaciones de innovación sostenible que se aplican a muchos sectores: procesos más eficientes y sostenibles en materia de economía circular, reutilización de agua, bioproducción, envases biodegradables... Uno esos múltiples proyectos que lidera el centro es el LIFE+ Wheypack gracias al cual se ha obtenido PHB (Polihidroxibutirato) un biopolímero completamente biodegradable a partir del suero de la leche. Un material biodegradable, compostable, procedente de fuentes renovables (bio-based) con el que podrá fabricarse nuevos envases para productos lácteos formados por materiales 100% biodegradables.
Peines de mascarillas
En el marco del proyecto Wasamask, Itainnova y la firma norirlandesa Denroy, con la validación de la Universidad del Ulster, han conseguido producir peines y cepillos de pelo de alta calidad a partir de las mascarillas desechadas durante la pandemia. La Agencia Europea de Medio Ambiente ha llegado a cifrar en 350 toneladas mensuales los desechos no reciclables por mascarillas. «El objetivo de este proyecto es transformar productos sanitarios de un solo uso en productos con una vida más larga; incluso no perecederos, como pueden ser peines, macetas o juguetes. Porque una parte importante de la circularidad es la recuperación de los residuos», señala Pablo González, del área de Diseño y Desarrollo de Materiales de Itainnova.
Innovación con el ciudadano
Al margen de los grandes centros de investigación, las empresas intentan innovar en productos para permitir al ciudadano formar parte de ese proceso circular. «Pre
cious Plastic» permite a cualquier ciudadano reciclar plástico en su casa adquiriendo on line algunas de sus pequeñas máquinas.
Print Your City plantea el desarrollo del mobiliario urbano de una ciudad usando sus propios residuos plásticos como materia prima y donde sus habitantes pueden diseñar su modelo a través de una página web. La piezas, de formas orgánicas, utilizan unos 90 kilos de plástico cada una y se fabrican con tecnología de impresión 3D. Pero las propuestas llegan desde sectores que sorprende, como el urinario ‘Save!’ de Laufen, que aplica el concepto de «tecnología de separación de fuentes» en la que la orina se desvía de las aguas residuales gracias a la sofisticada geometría del recipiente. «La orina humana es rica en fósforo y nitrógeno, que son recursos eficaces en la producción de fertilizantes», señalan desde Laufen.
Madera de periódico
Existen cientos y cientos de productos en el mercado fruto del reciclaje, como las sillas Fluit de Actiu, elaboradas con fibra de vidrio y plástico de cajas de fruta. Y por lo que nos toca como medio, mención merece la iniciativa «Newspaper Wood», que recicla las ediciones no vendidas de los periódicos creando con pegamento orgánico (que facilita su posterior reciclaje) un material de igual resistencia y apariencia que la madera con el que se fabrican muebles que, por supuesto, resultan ideales para cualquier redacción. Lo anotamos.