De posadas, osos salvajes y cunqueiros
Viajes para observación de fauna salvaje que fomentan la conservación y el desarrollo sostenible de territorios naturales y comunidades locales
De Leitariegos hasta Ibias, recorriendo el Parque Natural de Las Fuentes del Narcea hasta los territorios oseros de la comarca de Somiedo. Una ruta medioambiental para descubrir la Asturias más ignota, y posiblemente la más bella.
Los guías de montaña Luis Frechilla, Lara Sánchez y Víctor Trabáu son el alma de Wild Spain Travel, una empresa de viajes ambientales que ofrece rutas con apoyo de 4x4 en los territorios inaccesibles de los parques naturales antes citados y también de La Ubiñas y Teverga. El avistamiento del oso pardo o el lobo, en completa libertad y en su propio hábitat, y el apoyo a proyectos de conservación desarrollados por organizaciones como The European Nature Trust o Fundación Oso Pardo, son sus dos principales áreas de actividad.
Ecoturismo es viajar de forma responsable, seleccionando viajes que nos permitan disfrutar y que sean positivos para el medio ambiente y para el desarrollo de la comunidad local, explica Lara Sánchez: «No modificamos el modo de vida de la fauna autóctona, procuramos no dejar rastro de nuestro paso y, además, intentamos que los viajeros desarrollen su conciencia ambiental y aprendan a respetar y apreciar la cultura local. Es como una inmersión sostenible en la cultura ancestral y la comprensión del territorio».
Desarrollo local
Luis Frechilla, en su condición de biólogo, dibujante de naturaleza y escritor, especializado en consultoría del uso público de espacios naturales y ecoturismo, es un guía de lujo, pues una conversación con él basta para amar el territorio que se visita, y para comprenderlo, y respetarlo. Desde el mirador de La Peral destaca que «una parte importante del beneficio de estas empresas ecoturísticas revierte en las comunidades locales, a través del consumo de cercanía, del interés por las tradiciones artesanales y del disfrute de especiales espacios gastronómicos y alojamientos pequeños pero muy cuidados, que fijan la población al tiempo que conservan la esencia de los territorios y ofrecen un servicio más auténtico, más cercano, de calidad, y que ayuda de verdad al visitante a conocer la esencia e idiosincrasia de Asturias». Esta condición es la clave de la sostenibilidad de este tipo de turismo, pues se multiplican las inversiones en conservación y el paisano ya entiende que los osos, los lobos, la flora... aportan recursos económicos; y por eso son los primeros interesados en cuidar el territorio, y sus tradiciones, indica el guía.
Tanto es así que el propio Víctor Trabáu, además de haberse convertido en uno de los guías de naturaleza especializados en avistamiento de osos más preparados, dedica buena parte de su tiempo en la comarca de los Cunqueiros a la recuperación de las tradiciones locales. Está considerado el último ‘tixileiro’ de Asturias, artesanos de la elaboración y venta trashumante de menaje de madera, que en su argot denominaban tixelas y en otros pueblos ‘concos’.
«Era imprescindible [para evitar el abandono rural] impulsar un movimiento de acción y consumo útil generado y gestionadas por los habitantes de la zona, que garantizara modos de vida sostenibles y preservara el legado de nuestros antepasados», explica Trabáu. «Cada proyecto ha de diseñarse reduciendo al mínimo el impacto, atendiendo a la sostenibilidad social, económica y ecológica y fomentando la convivencia entre paisaje y paisanaje», añade.
Posadas de cuento
Entre los buenos alojamientos rurales en los parques naturales de estas zonas oseras destacan dos: Casa Mario (un clásico, en Posaga de Rengos) y Coto de Buenamadre (Somiedo). Se puede disfrutar de los dos en diferentes días de la ruta. En el primero, muy cercano a Cangas de Narcea, Mario nos deleitará con su manejo del horno artesano de leña para la elaboración de pan y su explicación sobre cómo está recuperando la tradición de la artesanía de la lana mientras su esposa nos deleita con empanadas y frixuelos de Cangas.
Apartamentos Buenamadre, en un enclave mágico entre Pola y Valle del Lago, es la primera posada que se integró en Natura 2000. La lleva Rosalía Garrido, quien además de ofrecer una cocina popular auténtica nos invita a disfrutar de la biodiversidad que rodea el alojamiento. Un paraíso para el descanso, el ecoturismo y la inmersión en una cultura ancestral que aún pervive y se conserva.
EL ECOTURISMO SOSTENIBLE CONTRIBUYE A FIJAR LA POBLACIÓN Y A PRESERVAR LA BIODIVERSIDAD