Tecnología, innovación y tradición brindan por la sostenibilidad
Adaptación al cambio climático, cultivos orgánicos y recuperación de vides ancestrales para conservar la esencia y calidad de los verdejos de Rueda
El 16 de agosto comenzó la vendimia 2022, —la más temprana de los últimos siete años— en los viñedos que agrupa la Denominación de Origen Rueda, donde gran parte de la cosecha se recolecta de noche, cuando baja la temperatura. Así, la uva conserva sus cualidades organolépticas, mejora el equilibrio entre graduación y acidez y, con la entrada del fruto en las bodegas a menos temperatura, se consigue un importante ahorro energético. Una vez la uva se ha separado de la vid se oxida muy rápido, pero como la actividad enzimática es muy baja por la noche, este método propicia unos vinos afrutados característicos, con aromas a hierba y excelente acidez. La verdejo, principal variedad autóctona, llegó a Rueda hace más de diez siglos traída desde el norte de África por agricultores mozárabes.
Aún continúan las noches de trasiego. A finales del presente mes de septiembre los 1.647 viticultores que trabajan en esta campaña ya han trasladado a las 67 bodegas receptoras unos 150 millones de kilos de uva, según informa el consejo. La ausencia de lluvias ha permitido al fruto mantenerse en unas condiciones sanitarias excelentes por la ausencia de enfermedades que provoca la humedad, produciendo mostos de máxima calidad.
Resiliencia
Estos territorios, cuyo uso vitivinícola se remonta a la Edad Media, pagos duros, entre 700 y 870 metros de altitud, con tierras llanas que soportan inviernos fríos y muy largos, primaveras cortas con heladas tardías y veranos calurosos y secos, no han sido ajenos al cambio climático. Los productores observan preocupados esta evolución que modifica el ciclo vegetativo y el periodo de maduración. Por ello, cada vez se inicia la vendimia antes. ¿Posibles soluciones?: «Ser resilientes, adaptarse al cambio climático», afirma el director general del Consejo Regulador DO Rueda, Santiago Mora, quien reitera que «es prioritaria la conservación del medio natural, prevenir la contaminación, fomentar la utilización sostenible de los recursos hídricos y naturales y proteger la biodiversidad». DO Rueda, constituida en 1980, fue la primera de Castilla y León. Engloba a bodegas centenarias bajo el protagonismo de la uva verdejo. El municipio con más viñedos de la zona es La Seca, el 24% de las hectáreas.
Variedades prefiloxéricas
En ese término encontramos los pagos de la bodega Javier Sanz Viticultor. Algunos son resilientes al cambio. Pago de Saltamontes, por ejemplo, viñedo centenario, se vendimia minuciosamente a mano y sigue dando producción de alta calidad de una variedad prefiloxérica. Su registro oficial data de 1863 y es el más antiguo registrado en Rueda. «Con esta uva elaboramos un exclusivo vino blanco: Finca Saltamontes, un verdejo sobre lías con una gran capacidad de guarda — explica Leticia Sanz, quinta generación de la saga—. Nuestra filosofía se basa en la conservación de viñedos prefiloxéricos (con más de 150 años), de variedades autóctonas, en la investigación y en la recuperación de variedades casi extinguidas — prosigue mientras recorremos el pago—. La última uva blanca que cosecharemos este año es de la variedad malcorta, un clon autóctono de la verdejo que estuvo a punto de desaparecer por el abandono que sufrió debido a la dificultad de su vendimia [de ahí su nombre]. Ahora lo cultivamos con mimo para elaborar el único vino blanco que hay en el mercado a base de este tipo de uva».
«Hay una tendencia creciente para que los viñedos se vayan convirtiendo en ecológicos, reduciendo la química al mínimo. Un tercio de nuestras bodegas ya cuentan con vinos con certificación ecológica», indica Santiago Mora: «El gasto de agua está medido; la vid no es exigente con el agua, necesita mucha menos que otros cultivos porque es labor de secano y, aunque cada
Vinos de cultivo orgánico y ecológico
Cubas de aluminio en la bodega central de Palacio de Bornos vez se introduce más el regadío, se trata de un riego sostenible, por goteo, con bajo consumo y evaporación».
Palacio de Bornos, aunque joven, es una de las pioneras en innovación, tecnificación y aumento de la producción sin que ello afecte a la calidad: continuos proyectos de investigación —selección clonal, marcos de plantación, portainjertos y nutrición foliar— a través de estudios realizados en fincas experimentales y proyectos de agricultura sostenible con respeto del medio ambiente.
Verde y responsable
Cuatro Rayas lleva años trabajando por ser una bodega responsable con el medio ambiente: fue la primera de Castilla y León en calcular su huella de carbono, relata el director de Sostenibilidad, Álvaro Gago: «Avanzamos en el cultivo ecológico, en prácticas respetuosas con suelo y plantas y contamos con un parque solar para reducir la dependencia de energías no renovables».
«Green&Social» es el estandarte de esta evolución: vino blanco proveniente de cultivos orgánicos y vinificación certificada vegana. El tapón Normacorc ClassicGreen, 100% reciclable, fabricado con caña de azúcar, papel reciclado y etiquetado con certificado Forest Stewardship Council; vidrio reciclado y ligero para reducir emisiones en su transporte y cápsula libre de plásticos 100% reciclable. «Nuestra gama ecológica representa los vinos más coherentes con el medio ambiente y con el proceso de vinificación», sentencia Gago.
En 1886 Quintín Muelas Carrión se estableció en Tordesillas. Su bodega, en pleno centro histórico, retomó su actividad hace 33 años, de la mano de la cuarta generación de la familia, que volvió a plantar los viñedos en los mismos suelos que utilizó el fundador y comenzó a elaborar vinos blancos jóvenes y tintos de crianza: «Es un orgullo seguir elaborando en la misma bodega en la que hace casi 140 años comenzó mi tatarabuelo. Aparte de dedicación y esmero, hemos introducido tecnología pero manteniendo fórmulas y tradiciones de nuestros antepasados. En mi familia la pasión por hacer vino se hereda» explica la enóloga y viticultora Helena Muelas, quien junto a su hermana Reyes ha conseguido, aparte de caldos de elevada calidad, que su boutique «vintage» museo del vino sea una visita obligada en esta villa vallisoletana.
Otra histórica cava, Bodegas Félix Sanz, una imponente construcción subterránea del siglo XV, en la antigua carretera que cruza Rueda, es uno de los mejores ejemplos del peso de la tradición asociado a la calidad: un entramado de galerías con arcos realizados en ladrillo de barro a más de 15 metros de profundidad, con tinajas y barricas que se construyeron dentro de la cueva, con zarceras que permiten la recirculación de aire y mantienen una temperatura constante de entre 12 y 14°C
Adquiridos por el empresario catalán Albert Ustrell y su padre Jordi, los pagos formados por cantos rodados, suelo arcilloso y base caliza hace más de 40 millones de años, pobres en materia orgánica y amparados por el Duero, confieren a sus vinos una personalidad diferente. Ustrell llegó con ideas nuevas y apuesta por las monovarietales, que ·marcan la diferencia en las elaboraciones» y manifiesta su pasión por blancos de crianza que compiten con los mejores productos europeos en vinos de guarda.
EL CAMBIO CLIMÁTICO MODIFICA EL CICLO VEGETATIVO Y LA MADURACIÓN DE LA UVA