Conciencia ciudadana para contribuir a un año verde
La sociedad, implicada en un cambio real hacia un modelo de vida más ecológico, sano y responsable
Los buenos deseos aparecen todos los comienzos de año. Este 2023 no iba a ser menos. Los objetivos relacionados con un modelo de vida más sostenible se presentan como una obligación para contribuir a frenar el cambio climático y conseguir un mundo mejor. El 73% de los consumidores españoles consideran ahora que la sostenibilidad es más importante que hace dos años, según señala el último estudio global publicado por NielsenIQ «El Clima Cambiante de la Sostenibilidad» (The Changing Climate of Sustainability), presentado a primeros de diciembre y centrado en la percepción de los consumidores sobre el impacto del cambio climático en la industria de bienes de consumo.
El estudio también señala que aunque la mayoría de los consumidores están tomando algunas medidas en sus vidas para vivir de forma más sostenible, llevando sus propias bolsas de la compra (65%), separando conscientemente la basura para reciclarla (61%) y minimizando el uso de la electricidad (56%), un 49% de los españoles ponen de manifiesto que el coste de los productos sostenibles les impide adoptar este estilo de vida. Asimismo, de los ciudadanos que dijeron que la sostenibilidad es más importante, el 57% afirmaron que era porque está en las noticias todo el tiempo, el 51% señalaron que estaba más informado sobre la sostenibilidad, y dejar un mundo para las generaciones futuras se ha vuelto más importante para el 46%, mientras que el 22% declaran que lo es porque se ha visto afectado personalmente por fenómenos meteorológicos extremos.
«Los consumidores de todo el mundo están más comprometidos con la sostenibilidad, pero les resulta difícil tomar decisiones cotidianas que apoyen un verdadero impacto. Quieren que se les ayude a vivir y a consumir de una manera sostenible que esté en consonancia con otras de sus presiones cotidianas, y también piensan que una parte de la responsabilidad de liderar la sostenibilidad recae en los distribuidores y los fabricantes», señala Patricia Daimiel, directora general para el sur de Europa de NielsenIQ. En este sentido, el informe concluye que hay dos factores emergentes como –el papel de la gobernanza en la imposición de la sostenibilidad y la explosión de los costes del cambio climático en las cadenas de valor– «están creando una perspectiva de cambio rápido en los próximos cinco o diez años que obligará a las empresas, los fabricantes, las marcas y la distribución a transformarse y comprometerse con modelos de negocio realmente sostenibles.
Así, el 82% de los españoles (superior al 76% de la media global) «piden que las empresas tomen la iniciativa de reducir su huella medioambiental» y un 79% consideran que es bastante o muy probable que elija una cadena concreta si esta ofrece un surtido más amplio de opciones sostenibles». También un 76% afirma que se debería obligar a las empresas a mostrar una total transparencia de su cadena de suministro para que los compradores puedan elegir con conocimiento de causa y, acerca de esto, el 77% afirma que dejaría de comprar productos de una empresa que haya sido declarada culpable de realizar «greenwhasing», algo que pone de manifiesto la importancia de la confianza y la transparencia no sólo en las comunicaciones, sino en toda la cadena de suministro. Además, «el 50% de los consultados dice que vivir de forma sostenible es importante para la sociedad y que intentan tomar decisiones sostenibles siempre que pueden».
Y en esto, los jóvenes son los principales activistas del cambio: Instagram ha publicado un informe de tendencias para 2023 que muestra los resultados de los usuarios de la generación Z en la red social. Para realizarlo han pedido describir 2023 en una sola palabra. Entre las respuestas se destacan: reciclar, reutilizar y reconstruir.
Ahorro energético
La preocupación por el encarecimiento de los costes energéticos está motivando que la ciudadanía desarrolle hábitos más favorables al medio ambiente. Así se desprende del II Barómetro de Conductas Sostenibles de Aqualia, en el que se muestran los hábitos más implantados entre los ciudadanos para ahorrar recursos en los hogares.
El estudio señala que entre las prácticas más extendidas se encuentran mantener ventanas y puertas bien cerradas cuando se enciende la calefacción (95,3% de los encuestados), no abrir a menudo el horno cuando se cocina (95,5%) o ducharse en lugar de bañarse (95,5%). En lo negativo, entre las conductas sostenibles menos asumidas por la población está la de evitar la compra de productos envasados en plásticos (25%), la de utilizar un barreño para recoger el agua de la ducha antes de que salga caliente para reutilizarla (23,7%) o la de adquirir un coche eléctrico o planificar su compra para el 2023 (21,8%).
Apuesta por el autoconsumo
Las posibilidades de eficiencia energética son cada vez más accesibles para el consumidor. El desarrollo de las energías renovables favorece un nuevo modelo más natural y económico. En este sentido, la energía solar fotovoltaica representa una tendencia al alza porque España tiene un gran potencial gracias a las 2.585 horas de sol anuales que recibe. Su utilización puede producir la energía necesaria para ali
mentar los aparatos eléctricos del hogar.
La energía fotovoltaica ha continuado en su puesto de liderazgo en tecnologías de generación instaladas a nivel mundial. Son las conclusiones del Informe Anual de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), que indica que el sector llegó en 2021 a una capacidad de 175 GW, cifra que supone un aumento del 21% con respecto a 2020. «Nos encontramos en un momento clave para la consecución de la transición energética y para la reactivación de España. La energía fotovoltaica atraviesa un momento emocionante, dinámico, en el que podemos liderar un proceso de transformación y transición a un modelo más competitivo y descarbonizado», afirmaba Rafael Benjumea, presidente de UNEF, durante la presentación del informe.
En el caso del autoconsumo, el plazo de amortización de una instalación solar fotovoltaica puede resultar favorable al consumidor. De media, los ahorros cubren los costes en 8 años, tiempo que se reduce según se encarecen los precios de la energía. Además, la vida útil de los paneles puede superar los 30 años, lo que concede margen para su rentabilidad.
Movilidad sostenible
Para que las ciudades sean sostenibles, el transporte ha de ser eficiente y ecológico. En el primer trimestre de 2022 las ventas globales de vehículos a batería han subido un 120%, según datos de EV Volumes, y eso a pesar del incremento de precios debido al problema de suministro de baterías. El estudio señala que el vehículo eléctrico ya ha superado «el punto psicológico» a partir del cual los consumidores lo consideran un producto deseable pese a sus costes. Y aclara que esta apuesta está motivada tanto por el encarecimiento de los precios del combustible como por una mayor conciencia ambiental.
La bicicleta también se presenta como un medio ideal para combatir la contaminación y el cambio climático, aparte de las ventajas para la salud personal. El uso diario y semanal de la bicicleta en España ha aumentado un 40% desde 2019 y han pasado de usar este vehículo 8,1 millones de personas a hacerlo 11 millones, según el Barómetro de la bicicleta en España 2022 de la Red de Ciudades por la Bicicleta (RCxB). «El crecimiento del uso de la bicicleta ha sido espectacular en España», señalaba durante la presentación del informe Antoni Poveda, presidente de la Red y vicepresidente de Movilidad, Transporte y Movilidad del AMB, quien también destaca el incremento en la movilidad obligada para ir a trabajar o estudiar, y la creación de infraestructuras en las ciudades para impulsar su uso. Un 57,1% de las personas residentes en España (de entre 14 y 70 años) –cerca de 20 millones– la utilizan con cierta frecuencia, y también se han incrementado los hogares que tienen este vehículo: un 77,7% tiene alguna bicicleta en casa.
«Fabricamos un producto que ofrece una solución sencilla para muchos de los problemas más complejos del planeta, como los atascos, la salud pública y el cambio cliático», señalan desde Trek, una de las compañías líderes de sector que constata que «de todos los trayectos, el del hogar al trabajo es el que vive cambios más profundos: es en este terreno donde la bici está rodando con fuerza». Y aclara que
LA MAYORÍA DE LOS ESPAÑOLES DEJARÍA DE COMPRAR PRODUCTOS DE UNA MARCA QUE REALICE PRÁCTICAS NO ECOLÓGICAS
esta tendencia se observa en toda Europa: el 21% de los trabajadores en los Países Bajos ya pedalean para llegar a su puesto de trabajo; un porcentaje que baja al 5% en España. Esto último debido a que el 52% de los profesionales españoles no viven y trabajan en la misma localidad, un motivo que dificulta alcanzar cuotas más altas, aunque la cifra está en permanente ascenso.
Las grandes ciudades deben favorecer la utilización de la bicicleta porque la Comisión Europea condiciona la entrega de fondos a la modificación del modelo de movilidad, que ha de incluir la bicicleta como prioridad. Urgen soluciones porque más del 70% de las personas en la UE residen en ciudades que provocan el 23% de las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes del transporte.
Comer sano
En 2020 la Comisión Europea difundió la estrategia «De la granja a la mesa» para fijar las bases de la producción y consumo de alimentos en el futuro a medio y largo plazo en la Unión Europea. Entre las ideas destacadas figura que los consumidores puedan conocer el impacto real de los productos mediante información, una etiqueta de sostenibilidad. La salud y la superpoblación obligan a basar la dieta en una alimentación sostenible. Está previsto que en 2050 seamos más de 10.000 millones de personas. Algunas de las prácticas que se recomiendan asumir son la limitación del consumo de carne, la apuesta por productos de proximidad o la erradicación del desperdicio de alimentos. Se comerá mejor y se contaminará menos. Este nuevo modelo supone un cambio en la producción de alimentos, pero también la modificación de los hábitos de consumo. La alimentación sana contribuye a evitar factores de riesgo como la obesidad, altos niveles de colesterol, hipertensión o azúcar en sangre.
La Universidad Autónoma de Barcelona acaba de difundir un estudio sobre la percepción del impacto medioambiental y socioeconómico del modelo alimentario. El trabajo, publicado en la revista ‘Frontiers in Nutrition’, revela que los aspectos relativos a la alimentación que más preocupan son, por este orden: el desperdicio alimentario, la higiene, los embalajes de plástico, los contenidos en grasas, sal y azúcares, el impacto en el medio ambiente, la contaminación vírica, las enfermedades crónicas que no se transmiten, los pesticidas, las condiciones socioeconómicas, el bienestar de los animales, los contaminantes químicos y el peso corporal.
Para los encuestados, fruta y verdura, aceite de oliva, legumbres, frutos secos y cereales integrales han de estar incluidos en una dieta sostenible y saludable, según una clasificación en la que la carne roja, los cereales refinados, las bebidas alcohólicas, los aperitivos salados y las bebidas edulcoradas aparecen al final de la lista.
Las alternativas «plant-based» son cada vez más demandadas. Un 47,6% de los españoles asegura que ha incorporado a su dieta habitual productos y bebidas de base vegetal como complemento a los alimentos de origen animal. El informe «Productos de origen vegetal en España», elaborado por ProVeg, basado en la encuesta europea del proyecto Smart Protein, señala que los españoles consumen leche vegetal (36% al menos una vez a la semana), seguido de la carne vegetal (32%) y el pescado vegetal (31% al menos una vez a la semana).
Pero, si hay una tendencia que va a ser clave en los próximos años son las dietas inteligentes, es decir, dietas personalizadas según las características de cada persona para mejorar su salud física y mental. En este sentido, según el informe de Tendencias Globales en Alimentos y Bebida 2030 de la consultora Mintel, la tecnología permitirá a los consumidores diseñar dietas con enfoques hiperindividualizados. De este modo, los clientes mejorarán su salud física y mental a través de test biológicos y recopilación de datos que les permitirán entender mejor sus necesidades.
Moda y turismo ‘slow’
En marzo de este año la UE lanzó la estrategia para los productos textiles sostenibles, con el objetivo de acabar con el ‘fast fashion’ y apostar por modelos más respetuosos con el medio ambiente. La Comisión Europea establecer que «para 2030, todos los productos textiles comercializados en la UE serán duraderos y reciclables, fabricados en gran medida con fibras recicladas, libres de sustancias peligrosas». Moda circular, ‘slow’ o el ‘upcycling’ se cuela en la pasarela de la moda y las marcas del sector sitúan a esta «moda lenta» como la segunda tendencia principal dentro del negocio.
El sector turístico tampoco escapa a estas tendencias y no cesa de adaptarse a la crisis climática. El estudio de Expedia Group y Wakefield Research revela que un 59% de los españoles está dispuesto a pagar más para que su viaje sea sostenible y un 49% muestra preferencia por destinos menos concurridos para reducir los efectos del turismo masivo. Asimismo, según Travellyze, la plataforma de business inteligence del grupo ITG, los viajeros están modificando su conducta: la compensación de CO2 se ha visto incrementada en un 15,2%; la elección de alojamientos ecológicos ha aumentado un 5,1% y el apoyo a causas medioambientales mientras se viaja ha aumentado un 7,2%.