Los diez tesoros del museo del Santo Ángel
De Roldán a Pacheco; las obras más importantes que los carmelitas muestran en su casa
Hace poco más de un año, la comunidad carmelita del Santo Ángel abría las puertas de su museo en el que se muestran los tesoros ocultos que el convento escondía en su interior. Desde Pedro Roldán a Ocampo, de Pacheco a Luis de Morales el recorrido por sus salas es tan breve como intenso pues es en tan poco espacio se concentran obras de primerísima calidad. El itinerario arranca en la sala dedicada a la infancia de Cristo, llamada en la comunidad como “La Guardería”. Decenas de imágenes del Niño Jesús se muestran en antiguos muebles conventuales con sus ajuares repartidos en decenas de antiguas arcas. A continuación se accede a la biblioteca en la que se exponen la mayoría de las piezas. La visita culmina en el coro de la iglesia, donde se alojan varias obras de imaginería y donde además, se disfruta de una privilegiada visión del templo.
Desde su apertura, han sido más de 6.000 las personas que han visitado de cerca sus tesoros. Son, en total, más de 300 piezas artísticas y más de 400 trajes pertenecientes a los distintos ajuares. Los profesores José Roda Peña, Alfonso Pleguezuelos y José Luis Romero Torres han colaborado con el prior de la comunidad, Juan Dobado, para acercar las obras a sus autores de modo que la siguiente selección está basada en el criterio histórico y artístico de todos ellos.
1. Piedad de Luis de Morales
Este óleo sobre cobre, pintado a mediados del siglo XVI (hacia 1560), procede del patrimonio de los Duques del Infantado y es uno de sus hijos el que lo entrega en la Orden de los Carmelitas. Leticia Ruiz, conservadora del Museo del Prado, es la que certifica la autoría del “Divino Morales”, como se conocía a este autor por sus prodigiosas obras de temática religiosa. Se ubica en la primera de las salas del museo junto a una importante colección de Niños Jesús.
2. San José de Francisco de Ocampo
Esta obra, fechada en el primer tercio del siglo XVII (hacia 1625-30), tiene la particularidad de ser una de las primeras imágenes de San José en la que el Niño Jesús sube al regazo. Es decir, hasta la fecha de su ejecución, la iconografía solía representarlos de manera “itinerante”, de la mano de San José, como los hacía Juan Martínez Montañés o su discípulo Juan de Mesa. Uno de los atractivos de esta imagen es que conserva el estofado original que hace, todavía, más prodigiosa esta pieza.
3. Niño Jesús “El Galán” de Pedro Roldán
Llamado “El Galán” por la elegancia de su pose y, sobre todo, por el espectacular ajuar que conserva en el convento. Este Niño Jesús de grandes proporciones posee en sus mechones de pelo los característicos gubiazos que Pedro Roldán imprimía en sus obras. La policromía parece que ha podido ser alterada en una intervención anterior. La imagen conserva la prodigiosa peana original.
4. Virgen del Carmen de Salzillo
Esta Virgen del Carmen es una de las pocas obras de Salzillo en Andalucía, de ahí su originalidad. La Universidad de Murcia ha confirmado la atribución al propio Francisco Salzillo o a su taller. La imagen posee un extraordinario juego de ropa y platería, en especial, el cetro de filigrana cordobesa.
5. San José de Pedro Roldán
Este San José obra atribuido a Pedro Roldán guarda grafismos muy similares al Señor del Silencio en el Desprecio de Herodes, de la Hermandad de la Amargura. El tratamiento del cabello, el rostro y los ropajes hacen pensar de manera contundente en las gubias de este maestro del siglo de oro.
6. Dolorosa sedente “La Napolitana”
Esta extraordinaria dolorosa pertenece a la escuela Napolitana, donde la orden del Carmelo hacía frecuentes encargos. Está tallada al completo, sentada sobre una especie de taburete que queda oculto tras los suntuosos ropajes bordados y extraordinaria platería del XVIII que la envuelve. De alguna manera, es la imagen que “preside” la biblioteca del convento pues su imagen, sobre una gran peana, emerge sobre el resto de esculturas expuestas.
7. Santa Teresa
Esta imagen, anónima del XVIII, pertenece al antiguo convento de “Las Teresas” de las Carmelitas Descalzas de Écija. Tras la participación de la imagen en la exposición con motivo del año jubilar teresiano que se organizó en el Círculo Mercantil y, al coincidir con el cierre del convento ecijano, se determinó que la imagen pasara al Santo Ángel en cuyo museo está custodiada. La imagen representa la trasverberación o éxtasis y se ubica en una especie de vitrina que se ha realizado aprovechando el arco que conectaba con el templo y servía de acceso a la tribuna de enfermos desde la que estos escuchaban misa en otros tiempos. Dice el prior del Santo Ángel, Juan Dobado, que “todos los vestidores y bordadores de Sevilla han quedado admirados de las ropas de la Santa”. Luce un conjunto bordado por monjas a mediados del XIX con una valiosa colección de perlas y brillantes.