Diez nombres que cambiaron la Semana Santa
Del báculo a la gubia. Los nombres de aquellos que posibilitaron un nuevo rumbo de la fiesta de la ciudad.
La Semana Santa es una fiesta viva, susceptible de transformarse en virtud de su tiempo. La historia de la ciudad puede leerse en los avatares de sus hermandades, lo que demuestra que la gran fiesta de Sevilla no es una reliquia de su pasado sino una celebración animada, con vida. Y como tal, la mano del hombre ha sido imprescindible para orientarla en una dirección u otra. Arzobispos que, con sus decisiones, aplicaron nuevas reglas que modificaron tradiciones; artistas que trazaron un nuevo camino plástico por el que llegar a Dios; personajes y personalidades que desarrollaron un papel clave para cambiar las cosas… Posiblemente haya muchos más y todo no sea siempre obra de uno solo sino de un contexto, pero aquí va un resumen de las diez personas que tuvieron en su mano cambiar la Semana Santa. Y lo consiguieron…
1.- Fernando Niño de Guevara. El impulsor de la Carrera Oficial. Cuando lo nombran arzobispo de Sevilla en 1601, las estaciones de penitencia necesitaban una regeneración y, sobre todo, un orden que acabara con los enfrentamientos que se producían entre las propias cofradías cuando ambas coincidían en un mismo punto, habiendo de dirimir cuál debía de pasar primero. Las cofradías culminaban sus estaciones en humilladeros, hospitales, templos vecinos y algunas lo hacían a la Catedral. Para ordenarlas y someterlas a su disciplina convoca en 1604 un sínodo diocesano cuya conclusión más relevante es la obligatoriedad de que todas las hermandades culminen sus estaciones de penitencia en la Catedral de Sevilla, mientras las de Triana lo harían en la Parroquia de Santa Ana. Es, por tanto, el impulsor de la Carrera Oficial que ha llegado hasta nuestros días. 2.- Juan Martínez Montañés. El dios de la Madera. Ser el máximo representante de la escuela sevillana de imaginería convierte a Martínez Montañés y su taller en factor determinante para esas nuevas tallas que emergen en la Semana Santa sevillana a raíz del Concilio de Trento. En Trento se determina potenciar el uso de las imágenes y en la plena eclosión del barroco –con evocaciones, todavía, renacentistas– Juan Martínez Montañés crea el prototipo de Nazareno de la Semana Santa andaluza con la imagen del Señor de Pasión. Si bien trabajó más para conventos y monasterios que para las cofradías, su estela vino a determinar una línea en la manera de tallar imágenes que se sigue repitiendo en nuestros días siendo, a su vez, el maestro del gran escultor de la Semana Santa sevillana: Juan de Mesa.