Sevilla es una realidad que ha creado Burgos en nuestros sentimientos
La editora Rosa García Perea ha reunido los mejores textos que ha escrito Antonio Burgos sobre la Semana Santa de Sevilla en un libro editado por Almuzara. La aportación de Burgos al acervo literario de la Pasión según Sevilla es inmensa, tanto en lo cuan
– ¿La Semana Santa de Antonio Burgos está en sus recuadros o en la calle?
Está en la memoria y en el presente de cada uno de nosotros en ese ejercicio de paradoja que con tanta destreza manejamos los sevillanos.
– ¿Por qué se ha decidido a seleccionar estos artículos para incluirlos en un libro?
La idea surgió de una conversación con Paco Robles, al que le agradezco en el alma que convenciera a Burgos para hacerlo. Y hago mías sus palabras: “Es una barbaridad que estos textos murieran por la inmediatez de la prensa”. Aunque muchos de ellos llevaran años siendo parte del patrimonio emocional de esta ciudad.
– ¿Los artículos sobre Semana Santa de Burgos reflejan el momento concreto en el que se publican, o trascienden el paso del tiempo?
– En el caso de Burgos cumplen con estas dos premisas. (Volvemos al juego sevillano de las paradojas). Son recuadros que te manchan los dedos de tinta al leerlos, pero que envejecen maravillosamente, como los buenos cuadros.
– ¿Por qué arranca el libro con el famoso proemio de su pregón? ¿Estáis puestos…?
– El libro se ha configurado como una buena cofradía, con tramos más largos y otros más cortos. Y la cruz de guía tenía que ser el proemio. Estaba claro. Fue idea de Burgos, y a mí me pareció una delicia. Increpar al lector para “lo que se le viene encima” se me antoja como la mejor de las puertas.
– Burgos ha escrito textos en verso –romances, endecasílabos o alejandrinos blandos– que se han colado en sus recuadros. ¿Son artículos o poemas?
– Indudablemente son poemas. Disfrazados de artículos, pero poemas. A Burgos le pasa con los poemas algo hermosísimo, que se le asoma el poeta por debajo de la camisa de periodista. Le pasa con los artículos y le pasa hasta con los mensajes de whatsapp. Hay cosas que no se pueden evitar, Gracias a Dios.
– ¿Qué método ha seguido para elegir los que aparecen y no los que se han quedado fuera?
– La premisa era que contaran la historia de La Semana Santa que Burgos nos ha regalado durante tantos años. Pero no sólo desde el Recuadro, sino desde conferencias, poemas, meditaciones... Lo lógico sería pensar que en tanto tiempo habría temas repetidos. Pero no es así. Sorprendentemente en cada texto encontraba una nueva mirada. Quizás sea porque la Semana Santa, como la ciudad, y como la pluma de Burgos, son poliédricas. Aún así, hemos elegido las miradas más completas, para que el puzzle se completara. Es un libro con numerus clausus, no como en las hermandades...
– Dígame un recuadro que le provoque un pellizco especial…
– Durante la elaboración del libro he tenido momentos muy muy especiales. Confieso que más de una vez he tenido que parar porque la emoción de lo que leía me escocía. Pero sobre todo ha sido con EL SEÑOR DE SEVILLA, LA SEVILLA DEL SEÑOR (Notas de meditación ante una vieja foto) que comienza así: Si siempre es Domingo de Ra-
mos en la palma de bronce de la Giralda, balcón del aire de Sevilla, en la Plaza de San Lorenzo siempre es Viernes Santo. No hace falta que explique nada más.
– ¿Burgos es el creador literario de una Sevilla idealizada?
– No. Sevilla es una realidad que ha creado Burgos en nuestros sentimientos.
– ¿Cómo hay que leer este artículo? ¿Desde la lejanía o metiéndose en el tuétano de la Semana Santa?
– Yo la última lectura antes de meterlo en producción se la di en agosto, en Chipiona, sentada en la playa delante del Atlántico que contemplaba Salinas. Y les aseguro que a mí me olía a incienso y a cera. La lejanía para los sevillanos (aunque sea a Chipiona) es terapéutica muchas veces, pero volviendo, siempre volviendo.
¿Qué recuadro le queda a Burgos por escribir?
Muchos, pero yo este año tengo ganas de leerle la guasa del Martes Santo...