¿Pagar por tocar?
La historia de la música procesional de la Semana Santa de Sevilla se pierde en el tiempo con los propios orígenes de las cofradías y de su celebración. Las relaciones entre las her- mandades y las bandas que las acompañaban en sus respectivas salidas procesionales han variado de forma sustancial hasta nuestros días…
Los acompañamientos musicales han sido motivo de preocupación de las diferentes juntas de gobierno, con periodos de bonanza económica y de variedad de formaciones musica- les donde elegir a demanda, y otros, la mayoría en la dilatada historia de nuestras hermandades, donde era complicada la contratación de una banda por ambos motivos. Es decir, los distintos cabildos de salida tenían un sentido claramente ejecutivo y no testimonial como ocurre ahora, donde el carácter informativo prevalece, e incluso en muchas cofradías hasta se han eliminado de sus reglas corporativas. Los mayordomos, en muchos casos, se las veían y deseaban para buscar una banda acorde con sus intereses en los cortejos procesionales.
La ley de la oferta y la demanda, como es lógico, estaba instalada, como ocurre en otros ámbitos sociales y económicos, en esta temática. La carencia de formaciones musicales ha producido verdaderos problemas a las cofradías para la contratación de algún colectivo musical. Las herman- dades pugnaban y han tenido incluso algún pleito por la contratación de una determinada banda en concreto y viceversa por parte de algunas formaciones musicales. En algunos periodos prolongados de la historia el hecho de tener acompañamiento musical en una cofradía era un signo de distinción. En el siglo XX esta evolución fue cambiando de forma sustancial, sobre todo en su último tercio fundamentalmente por la proliferación de formaciones musicales, aunque lógicamente existían también otras razones. Pasión, por poner un ejemplo, dejó de sacar banda tras su palio, entre otros motivos por problemas de tesorería a principios del siglo XX, una circunstancia que se prolongó, ya no por una cuestión económica, hasta cien años.
En la actualidad esta oferta y demanda en los acompañamientos
La carencia de formaciones musicales ha producido problemas a las cofradías para la contratación.
musicales está claramente a favor de las hermandades, ya que la gran variedad y calidad de las formaciones musicales en todos los estilos, no solo en Sevilla sino en muchos lugares del territorio español, hacen en principio fácil el trabajo de las mayordomías de las cofradías hispalenses, no solo por poder elegir sino también por su coste económico y la importancia en sí de la Semana Mayor hispalense, circunstancia que ocurre por cierto en otros ámbitos y sectores profesionales de la propia celebración.
Lo que en principio es una virtud para las hermandades se ha convertido en un problema por varios motivos. En primer lugar por las distintas tendencias en el seno de las propias juntas de gobierno, que llega hasta la crispación en muchos casos con dimisiones de oficiales. También tienen peso las presiones de her- mandades que cuentan con bandas propias a otras cofradías para sus contrataciones. Por último, por el protagonismo que ejercen estas bandas, incluso sobre la jerarquía de las diferentes hermandades en los cabildos de elecciones. Pero lo que ha llamado la atención en los últimos lustros es el hecho de que algunas formaciones musicales por acompañar a una cofradía no cobren por su contratación o que sus retribuciones pactadas repercutan una vez cobradas a las distintas arcas de estas cofradías, por ejemplo vía bolsa de caridad o con el donativo para una insignia, candeleros o parte de una talla… El hecho de participar en la Semana Santa de Sevilla para una formación musical se ha convertido en todo un lujo y un anhelo o motivo añorado para muchas de ellas, que ven en esta participación un magnífico escaparate para crecer o seguir creciendo.
Es raro actualmente que una banda que acompañe a una cruz de guía cobre por ello o que sea su re-
Las hermandades han tenido incluso algún pleito por la contratación de una determinada banda.
tribución muy limitada para el caché habitual de la misma. Tras los pasos de Cristo, las “agrupaciones musicales” o bandas de “cornetas y tambores”, han bajado sus retribuciones en la Semana Santa de Sevilla, precios que suben sustancialmente en otras Semanas Mayores. Solo los colectivos musicales
de referencia y que más se prodigan en la Semana Santa hispalense, como ocurre por ejemplo con Las Tres Caídas de Triana o Cigarreras, mantienen un cierto estatus, aunque no les sirven para el mantenimiento de sus respectivas plantillas que ingresan una parte sustancial de sus presupuestos con conciertos, actos de distinta índole o contrataciones fuera de Sevilla durante todo el año y no en Semana Santa. Los precios en estos casos, se sitúan entre los 3.000 y 6.000 euros por su contratación dependiendo de las horas y día de dicho acompañamiento, pero estas retribuciones solo suponen el 30% o 40% de total de sus respectivos presupuestos.
En las bandas de música de plantilla completa, que habitualmente acompañan a las dolorosas, el panorama tiene menor incidencia, aunque la evolución de los precios de sus respectivas contrataciones se mantiene de forma generalizada. Claramente el nivel de estos colectivos musicales también ha subido y sus contrataciones tienen sobre el contrato más euros, en general, en las cifras pactadas que en las formaciones de “paso de Cristo”. Las que más se prodigan como son los casos de Tejera, Carmen y Oliva de Salteras, Cigarreras o Santa Ana de Dos Hermanas, que cobran por un acompañamiento entre 5.000 y 12.000 euros, aunque muchos contratos se inflan con más citas: pregones, conciertos, corpus, glorias, capillas musicales u otra serie de actos organizados por estas corporaciones.
Recientemente una formación musical granadina se ha ofrecido a la Hermandad de Las Aguas, y a alguna otra de la capital de Andalu- cía, para pagar por tocar tras el paso que preside su Crucificado. Incluso si el contrato fuera por varios años el precio a pagar sería mayor. Hablamos de decenas de miles de euros. Ver para creer. El “escaparate” que le supone a esta banda un Lunes Santo en Sevilla tras un paso de misterio hace que incluso pueda pagar por ello. Esta circunstancia, que alguna vez se ha podido dar de forma encubierta y con mucha menos cuantía, ahora se ofrece abiertamente. Además, este hecho ha supuesto en el seno de su junta de gobierno varias dimisiones, la convocatoria de un cabildo general de hermanos con carácter extraordinario, un cruce de comunicados contradictorios entre la cofradía del Arenal y el colectivo musical e incluso se podría llegar a un pleito, según expresa una de las partes…
En hermandades con presupuestos amplio, estos ofrecimientos podrían tener menos incidencia, pero en los que son muy ajustados se podría financiar en un futuro muchas
Es raro actualmente que una banda que acompañe a una cruz de guía cobre por ello.
actividades y cubrir presupuestos vía estos ofrecimientos. ¿Es lógico y bueno para las cofradías “venderse” por dinero? Esta pregunta, en principio, solo debería tener una respuesta, pero a la vista de los hechos la duda está en el aire. La realidad hasta la fecha es que es algo inusual y el legado de nuestros mayores en la inmensa mayoría de los casos es sabio. Se ha abierto la veda, se puede pagar por tocar. Solo hay que vestir el contrato con fundaciones, colaboraciones, donaciones, compra de enseres… para justificar tanto dinero “extra”. Problema a la vista en las mayordomías y en el propio seno de las hermandades…