ABC - Pasión de Sevilla

Victoria coronada

Crónica para una niña recién nacida

- Por José Manuel de la Linde.

A Victoria Eugenia Monclova Esta historia tiene una dedicatori­a concreta. Es para ti, pequeña. Has venido al mundo muy pocos días antes del acontecimi­ento más esperado en la que ya es tu hermandad. Te llamas como Ella y tienes el pelo tan moreno como el que asoma por su sien. Hoy te dedico estas líneas para que tus padres te las lean el día de mañana y te sirvan de testimonio. Quiero contarte cómo y cuándo se coronó canónicame­nte la Virgen de la Victoria.

Esta historia arranca muchos, muchos años antes. Allá por los años 90 del siglo pasado. Era tan sólo un sueño para un grupo de chavales que con toda la ilusión del mundo empleaban horas y horas en la hermandad. Cuando apenas venían hermanos; cuando para sacar adelante la cofradía sólo hacía falta que llegara don Fernando con el llavero y su andar inconfundi­ble; Ángel a contar el dinero y recogerlo en cuidadosos paquetitos (siempre los dos rodeados de humo de Ducados) y Joaquín... arañando de donde fuera para sacar adelante una mayordomía bien exigua. La casa de María era una extensión más de la capilla: albas y roquetes por medio, paños de altar, el

Aquellos jóvenes imaginaron que la Virgen saldría en Rosario de la Aurora hacia la Catedral vistiendo un tocado de tul.

manto de la Virgen cuidadosam­ente extendido sobre la colcha de la cama. Marisa con su esmero, Rosario siempre dispuesta, Isabel, Gloria... y pare usted de contar. Aquellos muchachos aún imberbes soñaron con este día. Sólo Ella como faro de sus vidas. Pasaban los mejores momentos de su juventud y como aquello era su casa, nuestra Virgen de la Victoria era testigo hasta de unos juegos que hoy hubieran sido más que reprobados… sin duda, no era el sitio de usar el extintor ni de coger el micro para otra cosa que no fuera leer las lecturas. Tampoco el almacén era el lugar para subirse al paso y dar un susto de muerte al primero que pasara haciéndose pasar por un sayón que cobraba vida bajo la funda. Tantas y tantas vivencias. Sogas que igual servían para balancear una antigua cabeza de figura secundaria o para atar de mala manera el reclinator­io que a punto estuvo de costar un disgusto.

Lo soñado hecho realidad

Aquellos jóvenes imaginaron que la Virgen saldría en Rosario de la Aurora hacia la Catedral vistiendo un tocado de tul. Así se hizo realidad.

Un 7 de octubre de 2018. Dejando atrás el sempiterno clavel, ese día amanecían rosas blancas en su paso. Un palacio renacentis­ta de cajón completame­nte reformado gracias al esfuerzo de otros muchos que llegaron poco a poco conformand­o la cofradía. Borja el prioste (¿te suena?), que ahora lo diseña y prepara todo como si fuera a levantar la Giralda. Atrás quedaron las puntillas sobre la crestería; las bambalinas descuadrad­as y aquel color de terciopelo rojo tan desacertad­o. El interior de las caídas ya está bordado a mano y no es de recorte. La candelería de plata encaja a la perfección; nuestra Virgen está un poco más retrasada en el paso para que su manto cuelgue y quede más elegante. Incluso estrenaba ese día un llamador para la mano nerviosa de Manuel Villanueva.

Soñaron estos niños que la Virgen saldría antes de que rompiera el alba. Y así fue. A las seis de la mañana. Silencio en la plaza. Revoloteo alegre de la campana que ya no hay que tocar a mano. Sevilla en la calle para redescubri­r a la Virgen de la Victoria.

Querida Victoria Eugenia, el cortejo de hermanos con luz que acompañó a nuestra Madre fue largo. Andar rotundo del palio de cajón. Muy poco después de las seis de la maña- na cruzó la reja (espero que cuando leas estas líneas haya desapareci­do esa barrera). Al igual que ocurre con los cirios, hubo que despabilar al barrio. Finalmente respondió. Colgaduras hechas por las hermanas y con lazos cosidos a prisa y corriendo. La Virgen cruzó el puente con el relente aún de la noche y se adentró en la humedad placentera de los jardines que llevan el nombre de Cernuda. Aquí nunca más habitará el olvido de su nombre: Virgen de la Victoria.

En la Catedral y el Sagrario

San Gregorio en el sentido inverso a cada Jueves Santo y Catedral. A correr se dijo. Para esa misma tarde hubo que montar el besamano extraordin­ario en el Sagrario. Una vez más estuvo todo dispuesto y diseñado por el excelente equipo de priostía. De las flores se encargó Añil con gran acierto. Lilliums blancos y un tocado para cada momento... Antonio y Joaquín dedicándol­es todo su esmero para vestir ahora a la Virgen con lamé de oro. La acogió Roldán en el Sagrario y con qué grandeza fue capaz de llenar ese gran templo. Filas y filas de sevillanos, que volvían a redescubri­rla, y de guiris que entraban porque pasaban por la Avenida. Emulando al que iba delante besaron tus manos y se preguntaba­n por tal maravilla. ¿De qué museo de Londres o New York habías salido? se preguntaba­n... Y a todos y cada uno había que explicarle­s que la Virgen venía de Los Remedios, de la fábrica de tabacos, donde rezaban las cigarreras retratadas por Bilbao o Sorolla.

Aquí nunca más habitará el olvido de su nombre: Virgen de la Victoria.

Dos días después, Triduo extraordin­ario. Era el momento de montar aquella grandiosa estructura que antes del verano se había ensayado en la plaza de la Fábrica. De la plata, al oro para resaltar su hermoso rostro. También lamé y orquídeas blancas. Francisco Ortiz, Isacio Siguero o el mismo obispo auxiliar, Santiago Gómez Sierra, quisieron tener el honor de predicar estos cultos extraordin­arios.

¿Sabes, Victoria Eugenia, que en el último día de triduo se obró un milagro? Fue un regalo desde el cielo de Rafael Montesinos para su hija. Ella había reservado en el Sagrario tiempo antes de conocerse nada en absoluto de la coronación de la Virgen: un 12 de octubre de 2018. Y

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Foto: César López Haldón. Emulando esta pintura lucirá la Virgen el día de su coronación canónica.
 ?? Foto: César López Haldón. ?? La Virgen de la Victoria en un reciente besamanos.
Foto: César López Haldón. La Virgen de la Victoria en un reciente besamanos.
 ?? Foto: César López Haldón. ?? Pontifical en la Catedral con motivo del 450 aniversari­o de la hermandad. Ahora, la Virgen se corona fuera del paso.
Foto: César López Haldón. Pontifical en la Catedral con motivo del 450 aniversari­o de la hermandad. Ahora, la Virgen se corona fuera del paso.
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Foto: César López Haldón. La Virgen de la Victoria vista a través de su corona.

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