Un voto por la Semana Santa de siempre
La victoria de Francisco Vélez en las elecciones del Consejo puede interpretarse como una apuesta por la tradición, por encima de los planes para cambiar el escenario reconocible de las cofradías.
Hubo un presidente que intentó pasar a la historia por ser el que cambió la Carrera Oficial, sin que nadie —ni hermanos mayores, ni las fuerzas de seguridad— lo reclamaran. Antes incluso de averiguar las razones por las que podría ser necesario un cambio de ubicación de la zona abonada de la Semana Santa, en el seno del Consejo abrió la puerta a presentar propuestas de cambio, algunas de ellas radicales. Lo hizo pese a una dura oposición dentro de la junta superior, que argumentaba que no era necesario tal debate. La posición del presidente dentro del gobierno de la institución se fue debilitando, a la par de sus problemas personales. Esa debilidad ocasionó que los hermanos mayores del Martes Santo, que han tumbado a lo largo de los años cualquier propuesta de reforma de la jornada, sin contar con su delegado presentaran la reestructuración más revolucionaria de cuantas se han llevado a cabo en la Semana Santa contemporánea. El Consejo, apenas sin fuerza, aprobó a regañadientes ese plan como «medida excepcional» para 2018, ni siquiera a modo de experimento.
Sin embargo, pese a que la aprobación por parte de la sección de penitencia no llevara aparejada esa etiqueta, todo el mundo lo interpretó de ese modo. ¿Y qué ocurrió? Que el Martes Santo cuadró en hora, que dejó estampas inéditas, bellísimas en algunas ocasiones, pero que fue una jornada irreconocible para los cofrades. Y, precisamente, aprovechando el clima de debilidad que tenía el Consejo de Cofradías, los hermanos mayores volvieron a poner sobre la mesa la repetición del polémico «Santo Martes» en 2019.
Los comicios celebrados el pasado 15 de noviembre fueron mucho más que la elección de unas personas u otras para gobernar la institución. Fueron un plebiscito sobre el futuro de la Semana Santa y la deriva que debía tomar. No cabe duda que la fiesta mayor de Sevilla ha cambiado notablemente en las últimas décadas en todos los aspectos. La masificación y la seguridad han cambiado la forma de ver las cofradías en Sevilla. Sin embargo, los responsables de las hermandades de Sevilla en muchos casos han asistido atónitos a debates superfluos como el de la modificación de la Carrera Oficial sin que ninguna administración lo haya reclamado. Han visto cómo ocho hermanos mayores han
Los comicios celebrados el pasado 15 de noviembre fueron mucho más que la elección de unas personas u otras para gobernar la institución. Fueron un plebiscito sobre el futuro de la Semana Santa y la deriva que debía tomar.
invertido el sentido de las estaciones de penitencia. Y, quizá por eso, la postura del candidato vencedor, Francisco Vélez, que ha sido rotundo contra la deriva que ha ido tomando el asunto, ha logrado un mayor número de apoyos.
El 15 de noviembre de 2018 los hermanos mayores votaron por la Semana Santa de siempre. Por sacar a la fiesta grande de la ciudad de esa corriente revolucionaria que amenazaba con seguir cambiando las formas y la fisonomía que siguen vigentes desde hace un siglo.
La Carrera Oficial
A lo largo de estos cuatro años de mandato de esta junta superior, no volverá a plantearse el asunto de la reforma. No volverán a debatirse más planes alternativos. «La Carrera Oficial es la mejor posible», o «la menos mala». Estas palabras las han utilizado tanto el actual presidente, Francisco Vélez, como los responsables de seguridad del Ayuntamiento de Sevilla.
El único punto que habrá que seguir estudiando es el de la calle Sierpes, cuya colocación de las sillas es mejorable. Hay un aforo excesivo, que obligará al Consejo a ir eliminando progresivamente asientos para reubicarlos en las zonas que queden disponibles, como se hizo con las 227 sillas que se eliminaron en 2018. El compromiso de Francisco Vélez es no eliminar sillas si no hay posibilidad de reubicación.
Esto, por otro lado, traerá otras consecuencias, como el hecho de que la inmensa lista de espera para obtener un abono en la Carrera Oficial quede con pocas posibilidades de avance.
El Martes Santo de 2019
Sin duda, es el caballo de batalla más importante que tiene por delante el Consejo de cara a los próximos meses. En tan sólo tres meses —de aquí a la Cuaresma—, debe enfriarse la situación que vive la nueva junta superior con la mayoría de los hermanos mayores. Dentro de la jornada, no todas las hermandades tienen el mismo grado de interés por que salga adelante de nuevo la reestructuración de 2018. Hay hermandades, incluso, donde ni dentro de sus propias juntas de gobierno hay unanimidad. Sin embargo, esto se tapa con el frente común que han emprendido todas, generando una especie de pensamiento único.
Y ese es el miedo que tienen a día de hoy estas cofradías, que se niegan a reunirse por separado con el actual Consejo. Éste, por su parte, trata de calmar las aguas, ya que se han vivido incluso enfrentamientos subidos de tono en alguna ocasión. La junta de Vélez no aprobará el Martes Santo a la inversa, porque se comprometieron a ello en las elecciones, pero tratará de convencer a las ocho hermandades de que hay otros caminos. Para ello, el delegado de la jornada, Daniel Perera, pondrá sobre la mesa en estos próximos meses distintas alternativas, más aún cuando se ha demostrado que estas cofradías están abiertas a cambiar de posición.
A lo largo de estos cuatro años de mandato de esta junta superior, no volverá a plantearse el asunto de la reforma. No volverán a debatirse más planes alternativos. «La Carrera Oficial es la mejor posible» o, «la menos mala».
El resto de las jornadas
Al igual que el Martes Santo, otros días complicados seguirán siendo objetos de estudio. En el Domingo de Ramos todo está en estado embrionario. La solución para esta jornada podría pasar por alguna permuta, pero la clave está en adelantar la entrada de la Borriquita en la Campana o de retrasar la del Amor, para así ganar más tiempo. El Lunes Santo, el Museo ha propuesto una permuta con las Aguas para evitar entrar tan tarde. En el Miércoles Santo, los Panaderos sigue teniendo el mismo problema que el Museo y hay que desatascar
la calle Orfila. En la Madrugada, los cambios de recorrido de 2018 aportaron mayor fluidez, pero no todas las cofradías están satisfechas. Todo esto deberá resolverse en estos tres meses, pero bajo una premisa clara: cualquier cambio no podrá desfigurar la Semana Santa.