El último ratón
Se llama José Cueto. Dice que tiene 97 años y 4 meses. Nació en 1921. Recuerda que es de la quinta de 1942, de aquellos servicios militares que duraban dos años y medio. Salió por primera vez de costalero en Jerez de la Frontera para echarle una mano a su hermano. Víctor García Angulo, profesional audiovisual, le conoció por casualidad. Le interesó tanto su historia que la ha plasmado en un audiovisual.
Últimos ratones ha habido varios, pero parece que Cueto es quien cierra la serie. Los ratones eran una cuadrilla mítica, pero con el tiempo han pasado a ser una dinastía. Hombres del muelle o de los albañiles bragados en el trabajo manual por debajo del metro sesenta de estatura que mandados por Rafael Franco, el Fatiga, llegaron a ser codiciados para los palios. A José Cueto le ha sacado a la luz otro costalero. Víctor García Angulo se mete debajo del Decreto y es profesional del audiovisual. “Iba cada fin de semana a casa de mis padres y me pasaba por casa de Gloria, su hija. Allí José un día me dijo que vio en la prensa un reportaje sobre el último ratón. Pero también estaba él. Incluso fue a casa de este compañero a decírselo. El caso es que me lo comentó y yo me dije de hacer un documental para dar valor a su propia figura”. “El Cueto” –patero de la Virgen del Subterráneo como aún lo recuerdan los más veteranos de la Cena, entre ellos Jesús Creagh– no eran forzudos pero sí tenían mucho nervio. Eran bajitos y entregados, con la estatura perfecta para que los palios anduvieran de manera inmejorable. Trabajaba por la mañana en los albañiles, con una contrata que llevaba su capataz Rafael Franco, y por la noche en una confitería.