Todo es pasado
Seguimos adhiriendo visiones a la fiesta, como ecos infinitos en la habitación de los espejos. Son inagotables órbitas en torno a la idea de Dios. Vendrán más a renovar el rito. Recubrimos con el hilo febril del presente todo ello. Y lo pensamos casi eternamente reciente, pero transcurre y desaparece mientras otra sangre renovada toma la antorcha. El modernismo es antiguo. Juan Miguel es un clásico. Dios seguirá regando la semilla destructiva de la creación desde dentro de cada uno de sus soberbios hijos. Y ellos creerán ser los amos del tiempo mientras el tiempo los devora.