Ricardo Pueyo
En la nueva hornada de jóvenes artistas que salen de la Facultad de Bellas Artes, está este cantillanero de 24 años que tiene un personalísimo modo de ver la pintura. Basta ver su cuenta de Instagram (ricardopueyo) para descubrir una reinterpretación plástica del folclore más “cañí” con expresiones y colores propios del cine de Almodóvar. Hacer sublime lo común o lo residual es también un rasgo propio de este artista que domina el retrato y que en no pocas ocasiones se atreve a protagonizarlos. Su obra dedicada a la Soledad de San Lorenzo es una variante de su propio estilo que, pese a estar dotado de vanguardia, encaja en los patrones clásicos y figurativos de la pintura que el universo de la Semana Santa sevillana se permite tolerar.
Se trata de una pintura digital en la que la Soledad se muestra sobre un fondo de papel antiguo quedando limitados a la línea algunos atributos como la diadema que corona a la Virgen, la corona de espinas, la flor de la Pasión que sostiene en su mano y el pañuelo.
“Sobre su pecho, resalta con protagonismo su Corazón Inmaculado como sinónimo perfecto de su figura, en el que María guardaba, como dice el Evangelio de san Lucas, todos los divinos prodigios de Jesús y los meditaba. Este corazón, orlado de flores, alude a sus virtudes y a su sufrimiento pues además tiene clavados los siete puñales representativos de los Siete Dolores de la Virgen”, explica Ricardo Pueyo.
Además, añade que “aparecen una serie de lirios morados, flor identificativa de la Pasión de Cristo y dos golondrinas: una de ellas posada sobre el pañuelo en que la Virgen enjuga sus lágrimas, y otra volando. Ambas le traen en su pico una espina que quedará clavada sobre la frente de Cristo y vendrá a completar la corona de espinas que la Virgen lleva en su mano izquierda junto a la rosa de Pasión, alusión clara al papel corredentor de María”.
En resumen, la obra está impregnada de ese arcaísmo del que goza la propia Soledad. Una pintura de enorme gusto, que goza de frescura y dice mucho de quien puede y debe tener recorrido en la cartelería de la ciudad.