Cristo de la Sangre
Matute conoció en la ermita de la Encarnación la del Santo Cristo de la Sangre y la Santísima Virgen de la Encarnación; era una de las cofradías más antiguas que estacionaban el Viernes Santo por la tarde. Sus reglas estaban datadas el 18 de julio de 1554. Todavía continuaba establecida en la ermita de la Encarnación cuando lo publicó en 1818. Narra el curioso hecho de la caída del Cristo crucificado en la Semana Santa de 1808. Era 15 de abril. Al desplomarse en el suelo, se partió un brazo y dentro de él había un papel que decía: «En el año del nacimiento de nuestro Redentor de 1553 años, en el mes de marzo, se acabó la hechura de este santo Crucifijo, e ficieron la hechura de talla Francisco de Vega, entallador y Pedro Ximénez, pintor, la pintura». Detalla que se restauró. El día de la Encarnación del año 1809, se volvió a colocar en su altar. Ni este Cristo, ni esta hermandad procesionan en nuestra Semana Santa.