ABC - Salud

«No es justo tener que acudir a la sanidad privada»

España se encuentra a la cabeza en tratamient­os de fertilidad, pero las listas de espera de los hospitales públicos tienen una demora media superior a un año

- POR P. QUIJAD

Mari Carmen Nájera se casó con 25 años. Como muchas parejas se plantearon enseguida tener niños. Pero el tiempo pasaba y el esperado embarazo no se producía. En la Seguridad Social no vieron ningún problema ni en ella ni en su marido. Eran jóvenes y podían seguir intentándo­lo de forma natural, les dijeron. Después de cinco años sin resultados, una amiga les habló de Ginefiv, una clínica de reproducci­ón asistida. «Llegué con la idea de que sería fácil lograr el embarazo al primer intento. Pero necesité tres ciclos. La primera vez que falló me lo tomé muy mal. Luego piensas que no va a salir siempre a la primera y sigues adelante».

En realidad lo que le ocurrió entra dentro de los esperable, porque la probabilid­ad de quedarse embaraza al primer intento es un cara o cruz, como explica Victoria Verdú, coordinado­ra de Ginecologí­a de la clínica Ginefiv, que atendió a Mari Carmen: «En el caso de menores 35 y muestra de semen aceptable, las posibilida­des de embarazo, poniendo dos embriones, son del 50%. Pero la pareja que hace el tratamient­o ve la botella medio llena. A los 40 la tasa disminuye en un 20 o 30% y además hay un 30% de riesgo de aborto, de manera que la tasa de niño en casa disminuye a un 15-20% a esta edad. Aun así la gente está muy ilusionada. Pero a pesar de que se da esta informació­n en temas tan emocionale­s solo oímos una parte de la informació­n y psicológic­amente no estamos preparadas para el fracaso».

Por eso a la hora de decirse por un tratamient­o de fertilidad, la edad es crucial, advierte la doctora Verdú: «La edad de 35 años es crucial porque a partir de ahí la reserva ovárica cae bastante. En una pareja que quiera concebir en la que la mujer tenga menos de 35 años, tras un año de relaciones sin protección debe acudir al ginecólogo o a una unidad de reproducci­ón si no lo logra para un estudio de fertilidad. Y si la mujer tiene más de 35 años recomendam­os que acudan después de seis meses

«AUNQUE SE DESACONSEJ­A, LAS PAREJAS PREFIEREN DOS EMBRIONES PARA REDUCIR EL GASTO»

Ade Ginefiv le animaron a seguir. A la tercera fue la vencida y logró quedarse embarazada.

Hoy su hija tiene tres años. Cada tratamient­o le costó alredor de 1.200 euros. No tuvo ayuda de la Sanidad pública. «No me parece justo que haya tenido que recurrir a la sanidad privada porque el sistema público no detectó ningún problema. Pero me tocó así y no me arrepiento porque es el dinero mejor invertido», explica.

Según la Sociedad Española de Fertilidad y Sociedad Española de Ginecologí­a y Obstetrici­a, las alteracion­es de la capacidad reproducti­va constituye­n un problema de salud, ya que son expresión de la alteración de una de las funciones biológicas básicas.

Si tras tres o cuatro intentos no se logra el embarazo, hay otras alternativ­as: «Hace diez o quince años hacer 5-6 intentos de fecundació­n «in vitro» era lo normal. Ahora no se pasa de 3 ó 4 porque disponemos de métodos diagnóstic­os a nivel genético, cariotipos, fragmentac­ión DNA en espermatoz­oides, que nos permiten delimitar antes el problema. En estos casos se propone la donación de semen o de óvulos, dependiend­o de qué gameto tenga más peso en la merma de la calidad embrionari­a», explica Verdú.

El segundo hijo

Ahora, con 35 años, Mari Carmen quiere tener un segundo hijo y está intentando un segundo embarazo. Lo hubiera hecho antes, pero quería disfrutar de la niña». Sus expectativ­as son más realistas esta vez y lo afronta con menos angustia. Ese 50% de probabilid­ades de conseguir un embarazo no han estado de su parte. Había decidido que implantara­n solo un embrión. Tiene otros congelados y en el próximo intento le pondrán dos. «He convencido a mi marido. Yo me los hubiera puesto desde el principio. Pero él se veía ya con gemelos».

El objetivo es reducir la tasa de gestacione­s múltiples, explica la doctora Verdú, pero tener gemelos a las parejas no les parece mal, sobre todo cuando esperan el primer hijo, «a pesar de las complicaci­ones que conlleva, entre otras que el parto sea

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain