Reyes de la cuchara
Caldos, cremas o sopas. La dieta española no se entiende sin ellos. Son fuente de vitaminas y un bálsamo para los enfermos
lla, el puerro y el ajo. Cuando están listas, se añaden las zanahorias y la calabaza rehogando todo. Añadimos agua o caldo de verduras, dejando cocer hasta que estén tiernas. Trituramos con la batidora hasta obtener un puré fino, ajustando el punto de sal. A gusto de los comensales podemos añadir nata líquida, leche o simplemente un chorrito de aceite de oliva. Se presenta en el plato, acompañado de las hojas de acelga y los guisantes, ligeramente salteados.
En el l enguaje coloquial es muy frecuente hablar indistintamente de caldo y sopa, aunque desde el punto de vista nutritivo hay grandes diferencias. Los caldos, son el líquido en el que se cuecen o aliñan determinados alimentos. Unos y otras tienen muy buena fama aunque desde el punto de vista nutricional no son precisamente platos que aporten mucho contenido. Por el contrario, los caldos son muy agradecidos, fáciles de tomar incluso cuando se tiene poco apetito, resultan muy estimulantes, digestión sencilla, por lo que en general son muy recomendados para personas en periodos de recuperación de una enfermedad o intervención clínica.en cuanto al proceso de preparación, aunque también se tiene la creencia de que una lenta y larga cocción es beneficiosa para incrementar su poder nutricional, no siempre es verdad pues ciertos nutrientes, como las vitaminas, se pierden durante el proceso.
Las sopas podríamos considerarlas caldos enriquecidos, pues en realidad se componen de un caldo base al que se añaden otros componentes que enriquecen el plato y en la mayoría de las ocasiones las hacen más apetecibles. La mayoría de las sopas, empiezan con un refrito de tomate, cebolla, ajo, pimiento, zanahoria, apio, etc. El tomate, especialmente el frito, aporta licopeno, potente antioxidante junto con los carotenos, además de un colorante magnífico. La cebolla también tiene un gran poder antioxidante.
Un plato más completo
Cuando se pretende que la sopa sea plato más completo y tenga un buen contenido en proteínas, la forma de conseguirlo es añadiendo según el origen del caldo, pescado desmenuzado, gambas, pan, huevo y/o pasta en el caso de caldo de pescados y mariscos. Para los caldos de carne es adecuado añadir verduras, pollo, gallina, ternera o cerdo, huevo, arroz o pan.
Las cremas pueden considerarse un intermedio entre la sopa y el puré y su consideración nutricional es muy similar a ambos. Hay que destacar que si contienen nata o queso resultan más calóricas. En muchos casos, para conseguir la textura suave de las cremas, se aligeran con leche o yogur.