Hipotiroidismo e hipertiroidismo; abordaje desde la medicina integrativa
Las enfermedades del tiroides son una de las patologías más frecuentes. Se calcula que hasta un 14% de la población puede tener algún problema tiroideo según algunos estudios epidemiológicos.
El tiroides produce hormonas tiroideas y su función es vital en
todos los tejidos del organismo. Es imprescindible para el desarro
llo cerebral en el feto y en la maduración del recién nacido, para el crecimiento y para realizar numerosas funciones metabólicas. Una mujer con problemas de tiroides puede tener dificultades para tener hijos o mantener un embarazo.
Al ser una glándula tan impor
tante el cerebro la regula en su función gracias a una sustancia denominada TSH (hormona tireotropa) que segrega la hipófisis. La TSH ejerce un fino control sobre la producción de hormonas tiroideas ( T3 y T4). A su vez la síntesis y secreción de TSH está regulada por los centros cerebra
les que producen TRH (hormona estimulante de TSH).
La fluctuación de la producción hormonal es constante y cambia según las necesidades y el momento: cambios estacionales, edad, crecimiento, gestación, fase del ciclo hormonal, estrés, consumo de otros medicamentos, nutrientes…
Las enfermedades del tiroides son los cuadros endocrinos más
frecuentes junto a la diabetes,
siendo especialmente frecuentes
en mujeres. El tipo más común, hipotiroidismo primario, se debe
a la afectación de la glándula tiroides en sí. La glándula funciona
por debajo de su capacidad, no
produciendo hormonas tiroideas
en cantidad adecuada. Puede su
ceder que, en el caso de segregarse hormonas tiroideas en cantidad suficiente, estas no actúen correctamente.
Los síntomas habituales del hipotiroidismo son fatiga, sequedad de la piel, intolerancia al frío,
caída de pelo, problemas de concentración, estreñimiento, somnolencia, aumento del peso, disnea, disfonía, ansiedad y depresión,
alteraciones en la menstruación o dolores musculares. Los signos
físicos se manifiestan por una piel
seca y áspera; extremidades frías; mixedema: hiporreflexia tendinosa; disminución de la capacidad
auditiva y síndrome del túnel carpiano. Además de los datos físicos descritos, la tasa metabólica basal normalmente disminuye.
En el hipertiroidismo la glán- dula tiroidea es “superestimulada” por la presencia de anticuerpos frente al receptor de la Tshopor la presencia de nódulos hiper funcionantes que no responden al control endocrino.
CMI – CLINICA MEDICINA INTEGRATIVA realiza un diagnóstico
precoz de esta patología. Junto al historial clínico y la exploración física, la ecografía es un método
eficaz, inocuo e indoloro Por otra parte, la valoración analítica de los niveles de hormonas
tiroideas en sangre nos aporta una prueba de la actividad funcional de la glándula. Hay que poner especial cuidado en las referencias de normalidad de la TSH. El nuevo
concepto de hipotiroidismo subclínico nos hace ser más exigentes con las cifras de TSH. El mecanismo de regulación hipofisario de la
función tiroidea es de tal precisión que modificaciones mínimas en su situación se reflejan en la concentración de TSH en sangre.
Existen otras técnicas diagnósticas más invasivas como la gammagrafía, una exploración necesaria para valorar bocios nodulares
y/o la punción con aguja fina, sobre todo si se busca conocer el estado
de un nódulo y para descartar un cáncer de tiroides. La medicina integrativa añade – como en cualquier patología au
toinmune y crónica-, el valor añadido de una visión global donde el paciente no es sólo estudiado de
su patología “evidente” sino de sus potenciales relaciones en el resto del organismo. La terapia en estos
casos son sustancialmente diferentes: no hay sólo un tratamiento
con hormona tiroidea de sustitución en el caso del hipotiroidismo sino la búsqueda de un tratamiento que lleve a normalizar la función de la glándula con la nutrición y la
terapia ortomolecular (empleo de nutrientes a concentraciones terapéuticas). Evitar los alimentos
bociógenos, es decir, aquello que
afectan la producción normal de las hormonas tiroideas ( repollo,
nabos, col, coliflor..), aumentar el
consumo de otros alimentos y limitar o evitar el exceso de aporte de soja así como una suplementa
ción correcta con omega- 3 ( EPA) y aminoácidos como glutamina, lisina y glicina. El uso adecuado de
la micro- inmunoterapia y los controles adecuados pueden ayudar a reducir lentamente las cifras de
consumo de hormonas tiroideas.