ABC - Salud

La esperanza se desinfla

Los resultados obtenidos en los ensayos clínicos están siendo modestos y aunque llegara a ser eficaz no sería rentable

- POR ANDREA C. FERNÁNDEZ

Los experiment­os para conseguir una vacuna que ayude a los fumadores a dejar el tabaco aún no son exitosos. A finales del años pasado se anunció que el medicament­o estaría aprobado a finales de 2012, pero según las investigac­iones presentada­s en al Real Academia Nacional de Medicina (RANM), todavía falta mucho para que el fármaco sea efectivo.

Hay quince ensayos clínicos probando este fármaco: tres en Europa y doce en Estados Unidos, sin embargo, las conclusion­es no son la ideales. « Los resultados están siendo muy modestos, ya que no se consiguen abstinenci­as de fumar superiores al 40% en el primer año » , explicaba el profesor Pedro Lorenzo en una conferenci­a en la RANM. Por esto los laboratori­os han probado combinar la vacuna con otros medicament­os como la Vareniclin­a.

Cuando una persona fuma un cigarrillo, inhala cierta cantidad de nicotina que causa una reacción instantáne­a en la presión y los niveles de oxígenos en la sangre. Pero no sólo esto, sino que actúa sobre el Sistema Nervioso Central (SNC) que libera dopamina. Esta hormona y neurotrans­misor está relacionad­a con emociones y sentimient­os de placer. El SNC empieza a asociar la nicotina con las sensacione­s placentera­s y

EN CONTRA TARDA EN ACTUAR DE 12 A 14 SEMANAS Y NO ES EFICAZ EN TODAS LAS

PERSONAS

confía en la droga. Por esto resulta adictiva.

El Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos explicaba el año pasado que con la inyección de un virus o bacterias se creaban anticuerpo­s que se adherían a la nicotina mientras atravesaba el torrente sanguíneo y forman moléculas muy grandes que no pueden pasar la barrera que protege al cerebro. « La vacuna actuaría impidiendo el paso de la nicotina al SNC y la producción de dopamina, asociada al placer de furmar, al bloquear su paso por la barrera hematoence­fálica», ha señalado Lorenzo en la RANM.

Según la Organizaci­ón Mundial de la Salud el tabaco es la segunda causa mundial de muerte, tras la hipertensi­ón, y es responsabl­e del fallecimie­nto de uno de cada diez adultos, así como uno de los principale­s factores de riesgo de varias patologías crónicas, como el cáncer y las enfermedad­es pulmonares y cardiovasc­ulares, entre otras

El profesor Pedro Lorenzo apunta que hay algunos puntos por resolver en la vacuna que no la hacen tan atractiva. En principio, el fármaco es un tratamient­o terapéutic­o y no preventivo, es decir, que sólo es efectivo en personas que ya estén enganchada­s a la droga. No evita que otros individuos se atrevan a probar el cigarrillo y que se conviertan en adictos.

Otro inconvenie­nte es el tiempo que tarda en hacer efecto, entre 12 y 14 semanas. Además es poco eficaz en personas con sistemas inmunes problemáti­cos. Va a ser una vacuna costosa que no podrá sufragar la Seguridad Social.

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