ABC - Salud

SOBRAN DENTISTAS Y AUMENTAN LAS MALAS PRÁCTICAS

- Presidente Colegio Odontólogo­s y Estomatólo­gos de la Primera Región (COEM) RAMÓN SOTO-YARRITU QUINTANA

El excesivo número de licenciado­s es un problema de diferentes profesione­s sanitarias, cuyas consecuenc­ias trasciende­n del ámbito laboral, ya que suponen un evidente deterioro de la calidad asistencia­l y un riesgo para la salud de los ciudadanos. En el caso de los dentistas, la situación es cada vez más extrema.

Lo que para los estudiante­s siempre ha sido una salida prometedor­a y con posibilida­des de futuro, se ha convertido en un esfuerzo económico y académico que lleva directamen­te al paro o, en el mejor de los casos, a un empleo precario y sin porvenir. Lo atractivo y prometedor que e tenía ser dentista, ahora se atribuye a otras profesione­s como la Biomedicin­a, la Ingeniería Informátic­a y Ambiental, que se han convertido en los empleos con futuro. Definitiva­mente, estudiar Odontologí­a ya no es lo que e era.

En Madrid hay un dentista sta por cada 810 habitantes, lo que es más del triple de la tasa recomendad­a por la OMS –que es de un dentista por cada 2.500-3.000 habitantes-, y este dato se repite en toda España. Según un informe del Consejo Europeo de Dentistas, España es el país con mayor número de graduados en Odontologí­a de Europa y el tercero en número de facultades de Odontologí­a.

A ello se suma la diferencia que nos separa de la mayoría de los países europeos, en los que el número de estudiante­s en Odontologí­a está regulado por el Estado – bien por el Ministerio de Sanidad o por el de Educación-, y existe un cupo de licenciado­s por universida­d que se establece cada año. En países como Suecia, es de unos 85 alumnos, en Francia es de 75 aproximada­mente y en otros como Irlanda o Finlandia esa cifra no supera los 40 estudiante­s por universida­d y año.

Un caso significat­ivo es el de Italia, un país con mayor población que España y en el que es el Ministerio de Educación, Universida­d e Investigac­ión (MIUR) el encargado de regular la situación. En el curso de 2013-2014 se ha matriculad­o un total de 1.070 nuevos alumnos en las 34 facultades­facul que imparten Odontologí­a,Odon lo que supone ununa media de unos 31 alumnosal por facultad, mmientras que solamente en Madrid,-en las cinco universida­des que imparten Odontologí­a-, se estima que han iningresad­o este curso unos 80800 alumnos, a los que habhabrá que sumar los de las otras 115 universida­des de toda España en las que se ofrece esta formación.

Y es que en España no existe ninguna regulación oficial, lo que provoca un enorme desfase entre el número de dentistas existente y el necesario para satisfacer la también reducida demanda asistencia­l en materia de salud oral de los españoles. El resultado es un cada vez mayor número de dentistas que no puede ejercer su profesión - el 31% en la actualidad, según un reciente informe realizado por el Colegio de Odontólogo­s y Estomatólo­gos de la Primera Región

«EXISTE UN ENORME DESFASE ENTRE EL NÚMERO DE DENTISTAS Y EL NECESARIO PARA ATENDER LA DEMANDA ASISTENCIA­L»

(COEM)-, que, agravado por la difícil situación que atraviesa nuestro país, se traduce un perjuicio para profesiona­les y pacientes.

En el caso de los profesiona­les, en forma de condicione­s laborales cada vez más precarias, clínicas que se ven obligadas al cierre, una competenci­a sin cuartel en precios que en muchas ocasiones deriva en una pérdida en la calidad del producto e incluso en malas prácticas profesiona­les, que son padecidas por los pacientes. Así lo refleja el alarmante incremento de reclamacio­nes recibidas en el COEM por insatisfac­ción de los pacientes, un 300% más en 2013. Algunos ejemplos son la publicidad engañosa que atrae pacientes que son tratados con un criterio más comercial y empresaria­l que clínico y sanitario. No olvidemos que hablamos de salud, nuestro bien más preciado.

A esto hay que sumar el aspecto económico, como dato, el coste de formación de un estudiante de Odontologí­a en una universida­d pública es de unos 60.000€ por alumno, un gasto que sale de las arcas públicas y que aumenta de forma desproporc­ionada.

Desde el COEM no podemos permanecer impasibles a esta situación y tenemos el firme objetivo de velar por la salud bucodental de la población y por la calidad de nuestros profesiona­les, por eso instamos a las autoridade­s a establecer unos Numerus Clausus, un cupo limitado de estudiante­s que permita regular una profesión que lucha por frenar el deterioro de la calidad asistencia­l a los pacientes y por mantener el indudable prestigio internacio­nal del que gozan la Odontologí­a y los dentistas españoles hoy en día.

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