ABC - Salud

Lombarda la col morada

Aproveche y abuse de este regalo del invierno. Una ración completa de esta verdura supone el cien por cien de la cantidad d diaria de vitamina C necesaria

- CARMEN IBÁNEZ NUTRICIONI­STA DE SALUD PÚBLICA

Los días más frío del invierno están asociados a la verdura más propia de la estación, la col y muy especialme­nte la morada, más conocida como lombarda. Lo cierto es que los mejores ejemplares de esta col, lo mismo que el repollo, se recogen cuando el frío es más intenso, ya que las heladas no afectan a esta especie de la familia de las crucíferas.

La lombarda es una verdura de hojas compactas y de un intenso color azul-morado, especialme­nte las cultivadas en suelos de carácter alcalino, pertenece a la misma familia que el repollo y las coles. Esta especie Brassica oleracea, puede presentar color más rojo si se cultiva en suelos ácidos y en los mercados podemos encontrar una buena variedad en estos momentos y todas de gran calidad. Además hemos elegido esta verdura, aparte de su idónea estacional­idad porque también guarda muchas propiedade­s de gran interés, sobre todo en unas fechas en las que aún son muchas las personas que están luchando por bajar los kilos que han acumulado durante las comidas de la Navidad y resulta que esta col, con mucha can-cantidad de fibra resulta muy saciantesa­ciante y tiene un bajo contenido calórico, 25 calorías por cada 100 gramos, por su bajo contenido en grasa (0,27 gramos) amos) e hidratos de carbono (5,43 gra-gramos).

Solo por estas propiedade­s nutriciona­les resulta recomendad­o el consumo de la col morada o roja, pero son muchas más las que debemos conocer, por su interés nutriciona­l.

La col es una buena fuente de antioxidan­tes natura--les, porque aporta antonaciaa­ninas, vitaminas C y E y betacataca­rotenos. Debemos insistir queue en el caso de los antioxioda­ntes, contenidos en alimentos naturales y administra­dos a través de la alimentaci­ón, su acción resulta positiva frente a los factores de riesgo de tumores cancerosos, enfermedad­es cardiovasc­ulares y cerebro-vasculares pero si la administra­ción es por otros canales debemos hacerlo con control médico.

Muy importante es su contenido en vitamina C (32,2 mg por 100 gr), tal que una ración completa de esta verdura llega a suponer en 100% de la cantidad diaria recomendad­a. En las personas diabéticas el consumo de col conlleva un control de la glucemia e incluso contribuye a reducir las tasas de colesterol en sangre.

Otro grupo de vitaminas presentes en la col es el grupo B, un grupo que resulta necesario para el buen funcionami­ento del sistema nervioso. Sin olvidar el aporte del ácido fólico implicado en la producción de glóbulos rojos y blancos, muy importante para las mujeres durante los periodos de embarazo, sobre todo en las primeras semanas, y en mujeres que toman anticoncep­tivos orales. Para el hombre es más importante la presencia de zinc en la col. Este mineral se acumula en la próstata y es esencial para los procesos de fertilidad y salud genital.

Debe tenerse cuidado en el consumo de lombarda en aquellas personas que tengan

ES UNA PODEROSA FUENTE DE ANTIOXIDAN­TES NATURALES, POSITIVO FRENTE AL CÁNCER Y ENFERMEDAD­ES DE CORAZÓN

bajos niveles de yodo, ya que esta verdura está considerad­a como bociogénic­a, es decir que inhibe la absorción de yodo. También se ha constatado que en las poblacione­s donde hacen un consumo excesivo de col presentan bajos niveles de hierro.

Existen otras ventajas de menor entidad, pero solo las citadas nos deben convencer a incrementa­r el consumo de esta verdura, que no siempre es bien aceptada por algunas personas y en más ocasiones por los niños. Por ello es importante buscar formas más apetecible­s en su preparació­n o bien combinar la col con otros alimentos y complement­ar sus aportes nutriciona­les y conseguir un plato más completo.

En muchas ocasiones el rechazo por la col está asociado al olor que produce su cocción, debido a su contenido en azufre, que se puede atemperar con aditivos como el ajo, la leche, hinojo o jengibre, sin olvidar en una reducción del tiempo de cocción. Como en todas las verduras el exceso de cocción supone una importante pérdida de vitaminas. Es recomendab­le en el caso de cocer la col, añadirla cuando el agua esté hirviendo o hacerlas al vapor. En cualquier caso siempre es práctico utilizar los caldos sobrantes de cocer la col para la elaboració­n de otros platos, como sopas, arroz, o guisos de carne.

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