Cirugía para «resetear» el cerebro
Los tratamientos orales para reponer la dopamina que falta tienen una eficacia limitada. Después de unos años, a medida que van muriendo más neuronas, el efecto se reduce a unas pocas horas y no desaparece el temblor o la torpeza motora. Además, aparecen movimientos involuntarios incontrolables y bloqueos en el movimiento. Desde Finales de los 90 la estimulación cerebral profunda ha demostrado ser el tratamiento más eficaz. Este tratamiento quirúrgico logra poner orden en la actividad neuronal: «La falta de dopamina supone un cambio importante en los patrones de funcionamiento del cerebro y hace que las neuronas descarguen de manera desordenada y sin la sincronía adecuada. Al colocar un electrodo, la corriente resetea la actividad neuronal», explica Rodríguez Oroz. Esto permite reducir la medicación casi a la mitad. Se piensa en ella después de muchas modificaciones en el tratamiento y como última opción, «privando a los pacientes de muchos años con mejor calidad de vida», destaca.