Mucho más que mutua compañía
Los vínculos que se crean con las mascotas tienen beneficios para la salud. Ayudan a disminuir la ansiedad y el estrés, mejoran la función cardiaca, mitigan la soledad y facilitan la integración de las personas con alguna discapacidad
Desde ofrecer compañía a alertar de una hipoglucemia a quien tiene diabetes, son algunas de las ventajas de tener una mascota en casa. Da igual el tamañoo o la especie. Al parecer todos pue-eden aportar beneficios, según los últimos estudios. Y el vínculo que se establece con los animales que viven en casa es tan fuerte como el que nos une a las personas, según un estudio publicado en el «Bri-tish Medical Journal».
En los 80 se extendió la ideaea de que tener un animal domésticoico tenía beneficios para la salud y cada vez más estudios lo confirman. Estos beneficios van desde tasas de supervivencia más altas a visitar menos los servicios médicos. En los niños, las mascotas parecen reducir el ries- go de asma o rinitis; en los adultos ayudan a mejorar la función cardiovascular y aumentar el bienestar físico y psicológico, especialmente importante para las personas mayores que viven solas. La clave de esos efectos saludables podría estar en que las mascotas favorecen las interacciones con otras personas, ya sea al sacarlas a pasear o simplemente en las visitas al veterinario. Y las relaciones sociales y el ejercicio se asocian en otros estudios a una mejor salud.
Según una investigación publicada en «Preventive Medicine», las personas que tienen perro conservan a los 65 años el mismo nivel de actividad que tenían cuando eran diez años más jóvenes. Y como media son un 12% más activos que otras de su misma edad que no tienen mascota. Y es que los animales de compañía ejercen un efecto directo en sus due- ños, en los que logran reducir la ansiedad y la depresión. «Tener una mascota obliga a quienes viven solos a pensar más allá de sí mismos y de su rutina diaria. Un animal en casa incita a levantarse más y atenderle, a jugar, hablar y sonreír con frecuencia. Acomppañan dando cariño » , explica Miguel ÁngeÁngel Maroto, psicólogo especialistlista en gerontología y director dde Ahoracentros en Madrid, un eespacio donde se entrenan cuerpo y mente a partir de los 50. Los perros estarían en el top- ten de los animales de ccompañía, apunta Maroto, ppero también los gatos, aún siensiendo algo más independientes, aportaaportan alegría a sus dueños cuandodo les solisolicitan mimos. Ya sea un perro, un gato, hámster, conejo o cualquier otra mascota, su contacto produce un aumento en los niveles del neurotransmisor serotonina, que ayuda a mantener el buen ánimo, explica Marta Amat Grau, responsable del servicio de Etología de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona. Al acariciar a los animales de compañía «disminuye el cortisol, que es la hormona del estrés. Además, se incrementa la síntesis de oxitocina, una neurohormona relacionada con los vínculos afectivos. Los dos efectos juntos permiten afrontar mejor el estrés», explica Amat.
Los beneficios son tales que hay instituciones como la británica «Pets as Therapy» ( las mascotas como terapia) que cuentan con un «ejército» de casi 300 canes que recorren hospitales, orfanatos, centros para niños y jóvenes en riesgo de exclusión o residencias para mayores. Iniciativas que ya empiezan a seguirse en nuestro país.
«Si nos centramos en personas mayores, desde Ahoracentros aconsejamos el contacto frecuente con mascotas y a ser posible que se ocupen de su cuidado y mantenimiento», señala Maroto. Y entre los beneficios derivados del uso terapéutico de las mascotas cita la mejora en niveles de hipertensión arterial en personas con enfermedades coronarias; disminución de los trastornos por estrés y ansiedad; aumento de la autoestima y mayor fluidez verbal. Además, muy importante en las personas mayores, un aumento de la movilidad que favorece la independencia en actividades de la vida diaria, condición que se asocia con una mayor longevidad. Tampoco hay que olvidar que los estados de ánimo positivos que proporcionan las mascotas, al reducir las hormonas relacionadas con el estrés, aumentan la función inmune y promueven una recuperación más rápida del corazón después del esfuerzo.
En la salud y la enfermedad
No solo salvaguardan la salud, sino que pueden incluso actuar como «coterapeutas » para mejorar deficiencias físicas o cognitivas cuando se han producido. Según un estudio reciente de la Universidad de Missouri, las personas con trastornos del desarrollo, como el autismo se benefician del contacto con animales, que parecen acelerar sus progresos. Siempre se piensa en los perros, pero los investigadores de Missouri han comprobado que cualquier mascota sirve, en especial en el caso de los niños: un gato, un hámster, un pájaro o in- cluso una araña. «Cuando comparé las habilidades sociales de los niños con autismo que vivían con perros y los que no lo tenían, vi que los primeros parecían tener mayores habilidades sociales», explica Gretchen Carlisle, que dirigió el estudio.
Pero más importante aún es que « los datos revelaron que cualquier tipo de mascota en el hogar hace a los niños más propensos a involucrarse en comportamientos como presentarse, solicitar información o responder a las preguntas de los demás. Este tipo de habilidades normalmente son difíciles para los niños con autismo, pero este estudio mostró que la capacidad de relacionarse de forma adecuada era mayor entre los niños que tenían
Los mayores de 65 que tienen perro son tan activos como 10 años atrás
en casa un animal de compañía » .
La psicóloga Bárbara Clement Zubiri, presidenta de la Asociación de Terapias Ecuestres Al Paso, de Colmenar Viejo, corrobora el beneficio de los animales en los pequeños con autismo u otras patologías. En Al Paso trabajan en colaboración con la clínica PCH, que les deriva niños con problemas motores o parálisis cerebral. «Ellos hacen las evaluaciones neurocognitivas y el trabajo con la atención, memoria y lenguaje. Nosotros reforzamos su trabajo de sala y también el entrenamiento motor mediante juegos y actividades ecuestres con los niños», explica Bárbara.
Beneficios inmediatos
Los beneficios, como sugieren algunos estudios, son casi inmediatos y sorprenden incluso a los padres. Es el caso de Alberto, un nombre ficticio, porque muchos otras familias se verán reflejadas en esta historia. Con nueve años, tiene un trastorno del espectro autista: «No utiliza el lenguaje para comunicarse, él no toma la iniciativa, aunque responde a veces, otras repite los sonidos que oye», explica Bárbara. Sus padres no creían que su hijo subiría al caballo. Ni siquiera estaban seguros de que tolerase el casco, porque no soporta nada en la cabeza. « Empezamos con un acercamiento al caballo para que fuera venciendo su miedo. Mediante caricias fue ganando confianza y no se opuso a subirse a lomos del animal. Una vez arriba, le pusimos el casco sin problema. Su padre se emocionó porque no creía que su hijo fuera capaz de hacerlo. Ahora no hay quien le baje del caballo».
El contacto con el animal tranquiliza a los pequeños y hace que consigan dejar de lado la gran cantidad de estímulos que les llegan habitualmente y les producen incomodidad. «Estos niños suelen tener conductas repetitivas, que son un reflejo de su ansiedad. El movimiento del animal les relaja. Si tienen conductas de balanceo, sobre el caballo no las manifiestan, porque la marcha del animal les tranquiliza», explica Bárbara.
Luis, con una ligera discapacidad cognitiva y «estallidos de ira importantes», también ha mejorado gracias a la equinoterapia, explica Bárbara: « Ha podido observar cómo reacciona el caballo con esas explosiones emocionales que solía tener y que se traducían en golpes más fuertes al animal. Ahora sabe que si pide bajarse, maneja la frustración de manera más positiva». Ese aprendizaje se lo ha
ALZHEIMER LOS PERROS AYUDAN A DISMINUIR LA AGITACIÓN Y LA DEPRESIÓN