Radiología Intervencionista en el tratamiento de tumores
Para conocer el tipo de un tumor los radiólogos habitualmente realizan punciones guiadas por la imagen (ecografía, tomografía computarizada) para extraer células tumorales que den pistas de la agresividad de la lesión tumoral. Un paso más allá es utilizar estas punciones para destruir lesiones tumorales. También se están utilizando las arterias para – a través de catéteres- llegar a los tumores y depositar quimioterapia directamente en los tumores.
Existen pacientes con los que es peligroso realizar cirugía abierta para extraer un tumor debido a múltiples factores como la edad o comorbilidades asociadas. En el caso de los hepatocarcinomas, que son tumores que se originan en el hígado, o en metástasis localizadas, los radiólogos intervencionistas han desarrollado técnicas que mediante una o varias punciones guiadas por i magen ( ecografía o tomografía computarizada) pueden eliminar la lesión tumoral. « Localizamos la lesión con tomografía computarizada. Una vez que l a tenemos, insertamos una aguja que colocamos en el tumor. La punta de la aguja emite una señal de radiofrecuencia que calienta el tejido alrededor de la aguja a una temperatura superior a 50 grados centígrados. Este aumento de temperatura, durante 10-12 minutos, genera necrosis tisular en los alrededores de la punta de la aguja. De esta forma eliminamos tumores malignos como el hepatocarcinoma de hígado o metástasis menores de tres centímetros de diámetro » , explica el doctor Juan Sánchez, radiólogo intervencionista del Hospital Universitario Quirón Madrid.
A parte de la radiofrecuencia, se pueden utilizar otras tecnologías para acabar con los tumores, como las microondas, la electroporación o la ablación con frío: «La idea es similar: las microondas producen calor en una zona controlada para acabar con un tumor. La electroporación requiere de dos agujas que trabajan en paralelo. La diferencia de potencial entre las dos agujas provoca una alteración de la membrana celular de las lesiones tumorales que se encuentren entre ellas eliminando la le- sión y respetando las paredes vasculares. La crioablación acaba con los tumores utilizando la congelación por debajo de 50 grados centígrados provocando también la muerte celular » .
Aparte de con agujas, los radiólogos intervencionistas pueden atacar tumores utilizando las arterias como vía de entrada: « Localizamos la arteria que está nutriendo el tumor y a través de un catéter llevamos la quimioterapia directamente hasta este. Tiene la ventaja de menores efectos secundarios porque existe menor quimioterapia circulando por el cuerpo del enfermo y toda va directamente a tratar la lesión. El siguiente paso es la administración de partículas desecadas que se empapan de quimioterapia y se liberan con un microcateter en la lesión. Esta técnica permite liberar los quimioterápicos y ocluir la arteria que nutre el tumor. Se utiliza preferentemente en tumores localizados » . Al igual que se pueden distribuir partículas cargadas con quimioterapia, pueden liberarse partículas radioactivas que producen necrosis alrededor del lugar en donde se depositan. Esta radioterapia guiada o radioembolización, se utiliza para tumores más grandes con mayor invasión vascular.