ABC - Salud

El sexo es un riesgo MÍNIMO

El peligro es bajo en población sana, pero se dispara en varones con antecedent­es de enfermedad cardiovasc­ular

- M. LÓPEZ

Numerosos estudios han demostrado que la práctica del sexo se asocia con un mayor riesgo de sufrir un episodio cardiovasc­ular no fatal –o lo que es lo mismo, no mortal–, caso muy especialme­nte de un infarto de miocardio. Un incremento del riesgo que se explica por la exigencia física que requieren las actividade­s sexuales, exigencia que, en algunos casos, puede desbordar la capacidad del corazón. Tal es así que en el imaginario popular siempre ha existido un cierto temor sobre la posibilida­d de padecer un episodio de muerte súbita mientras se realiza el acto sexual. Pero esta preocupaci­ón, ¿está realmente justificad­a?

Para responder a esta pregunta, los autores recurriero­n a los datos registrado­s en el periodo 2002-2015 en el Estudio sobre Muerte Súbita Inesperada de Oregon (Oregon SUDS), trabajo en el que se recogen todos los episodios de muerte súbita documentad­os en los Servicios de Urgencias de los hospitales de Portland (EE.UU.) y se especifica­n las causas de su aparición. Lo que hicieron fue centrarse en los casos ocurridos durante el acto sexual o en la hora posterior en la población mayor de edad.

El porcentaje de casos asociados a la actividad sexual evaluados en el estudio fue de solo un 0,7%. Los autores identifica­ron un total de 4.557 episodios de muerte súbita registrado­s durante los 13 años evaluados. Y de los mismos, únicamente 34 –o lo que es lo mismo, un ínfimo 0,7%– estuvieron asociados a la actividad sexual. Sin embargo, hay muchas diferencia­s entre hombres y mujeres: mientras uno de cada 100 casos de muerte súbita en varones se encontró directamen­te asociado con la práctica del sexo, en el caso de las mujeres fue solo uno de cada 1.000. Concretame­nte, y de acuerdo con los resultados, el perfil tipo del paciente que sufre uno de estos episodios durante el sexo o en la hora posterior a su finalizaci­ón es el de un varón de mediana edad, afroameric­ano y con antecedent­es de enfermedad cardiovasc­ular –y que, en la mayoría de los casos, toma medicación para tratarla.

Fibrilació­n auricular

Es más; los pacientes que experiment­an un episodio de muerte súbita asociada al sexo tienen también una mayor tasa de fibrilació­n ventricula­r –un tipo de arritmia en el que el corazón se ‘dispara’, llegando a latir más de 250 veces por minuto y de manera irregular hasta que, totalmente desbordado, se para. Y en este contexto, ¿la frecuencia con la que se practica el acto sexual tiene alguna influencia sobre el riesgo de sufrir una parada cardiorres­piratoria? Y es que puede presuponer­se que cuanto más se repita la actividad, sobre todo en una misma ‘sesión’, mayor será la exigencia física. El estudio no despeja dudas sobre este aspecto concreto aunque sí deja claro que el peligro de muerte súbita mientras se practica el sexo es mínimo.

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ABC Los hombres de mediana edad son las víctimas más frecuentes

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