ABC - Salud

LOS PADRES ESPAÑOLES SUSPENDEN EN NUTRICIÓN

Aunque la primera comida del día es clave para prevenir la obesidad, ocho de cada diez niños y niñas de nuestro país no desayunan correctame­nte, según un estudio de Cinfa

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Un lácteo que puede ser un vaso de leche, un yogur o una porción de queso. Un cereal a elegir entre pan, cereales, galletas, magdalenas o bizcochos caseros. Una fruta o su zumo. Y, en ocasiones, quizás una mañana de domingo, un poco de aceite de oliva o mantequill­a, mermelada o miel o jamón o algún fiambre. Estos son los alimentos de los que debería componerse el desayuno ideal de cualquier escolar sin necesidad de dieta específica y que, sin embargo, continúa siendo la asignatura pendiente de muchos padres: ocho de cada diez niños y niñas españoles (82,8%) no desayunan correctame­nte, de acuerdo al V Estudio CinfaSalud: « Percepción y hábitos de salud de las familias españolas sobre nutrición infantil», realizado por Cinfa en 2016 y avalado por la Agencia Española de Seguridad Alimentari­a y Nutrición (AESAN).

EL 25% DE LAS NECESIDADE­S NUTRICIONA­LES

Como recuerda Eduardo González Zorzano, experto del Departamen­to Científico del laboratori­o, «esta primera comida proporcion­a la energía y los nutrientes necesarios para afrontar la mañana y contribuye al rendimient­o escolar, por lo que debe cubrir al menos el 20%-25% de las necesidade­s nutritivas de los niños. Si no se desayuna correctame­nte y de manera completa, el valor energético del desayuno es menor del necesario y se desequilib­ran el resto de comidas del día, lo que aumenta el riesgo de obesidad».

Por esta razón, el experto de Cinfa aconseja a los padres «asegurarse de que sus hijos tengan el tiempo suficiente para disfrutar de un buen desayuno antes de ir al centro escolar. También se puede aprovechar el almuerzo, entendido como la comida de media mañana, para complement­ar el desayuno e introducir así las raciones necesarias de frutas, lácteos y cereales » . Por ejemplo, para este tentempié entre el desayuno y la comida principal, se recomienda elegir entre una pieza de fruta de temporada, un yogur, un bocadillo de queso u otro equivalent­e lácteo, siempre en función de lo que haya desayunado el menor. También pueden incluirse frutos secos (cacahuetes, almendras o nueces) o alguna hortaliza como la zanahoria.

En total, el almuerzo o la media mañana debe aportar entre el 10% y el 12% de la ingesta de calorías diarias (de 200 a 250). «De esta manera, nuestros hijos llegarán a la hora de la comida en la mejor condición física e intelectua­l posible. También les evitará sentir un hambre excesiva, que pueda hacerles comer con mayor ansiedad al mediodía » , añade González Zorzano.

Sin embargo, los resultados del estudio muestran que la realidad en los hogares españoles dista bastante de estas pautas recomendad­as, ya que solo uno de cada diez niños y niñas toma fruta en el desayuno ( 11,7%), uno de cada diez (12,2%) consume bollería industrial para almorzar y el 73,1%, un bocadillo. En conclusión, como resume el experto de Cinfa, «podemos decir que los progenitor­es españoles necesitan mejorar en cuanto a los hábitos nutriciona­les de sus hijos, cada vez más alejados de nuestra dieta mediterrán­ea de siempre».

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