«Le hemos tomado mucha ventaja»
Al oncólogo Josep Tabernero, reconocido en los ránkings internacionales más prestigiosos como uno de los científicos más influyentes del mundo, le motivan los retos. Quizás por eso, en los albores de su prolífera carrera científica optó por desafiar al cáncer, una de las pocas enfermedades a las que el hombre aún no ha ganado el pulso definitivo. Su perseverancia y rigor han conducido a este experto catalán en cáncer colorrectal, que desde hace años dirige el Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO) de Barcelona, a escalar en lo más alto del podio de la oncología mundial. Desde el pasado 1 de enero, Tabernero preside la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO), institución de máxima excelencia de la especialidad que agrupa a mas de 10.000 profesionales. Tras años de dedicación y esfuerzo, este oncólogo catalán no solo ha logrado vencer al cáncer de colon en escenarios hace décadas impensables, sino que también ha contribuido a que los avances que se cuecen en los laboratorios lleguen antes a los pacientes. Su obsesión como líder de los oncólogos europeos es ahora, según afirma a ABC, que la medicina de precisión, una de las grandes victorias que se ha apuntado la ciencia en estos últimos años, esté al alcance de todas las personas. «Estamos mejor que hace años. Hay mucho interés por parte de la industria y la sociedad científica en que la medicina de precisión llegue a todo el mundo», matiza el experto. Reconoce, sin embargo, que aún queda trayecto por recorrer. «Estamos aún a medio camino», añade. Los avances en biología molecular, que han servido tratamientos más dirigidos, y los nuevos instrumentos para el diagnóstico como la biopsia líquida, una analítica de sangre capaz de detectar con precisión alteraciones genéticas en los tumores de todo el organismo y ver cómo estas alteraciones cambian, han permitido, según el experto, «tomar mucha ventaja a la enfermedad y mejorar notablemente la esperanza y la calidad de vida de los afectados». «Hace 15 años la esperanza de vida en este cáncer era de 12 meses de media, ahora se sitúa entre los 30 y 36 meses», señala el oncólogo. «La biología molecular nos ha permitido conocer el nombre y apellido de muchos cánceres. Se ha estudiado a fondo el comportamiento las células tumorales. No obstante, tan importante es conocer el mecanismo de estas células como el mecanismo del cáncer», dice Tabernero. «Sabemos, por ejemplo, –añade– que cuando hay una anomalía en una célula, ésta, en algunas ocasiones repara por ella misma esta disfunción. Otras veces se suicida y, en otras ocasiones, nuestro sistema inmune reconoce a las células tumorales y las destruye». El líder de los oncólogos europeos destaca la inmunoterapia, es decir, «activar nuestro sistema inmune para que reconozca a estas células y las ataque», como una pieza fundamental del actual arsenal científico para combatir el cáncer. Recuerda, no obstante, que «no es una opción en el 75 por ciento de los casos, en los que no hay linfocitos dentro del tumor».
Vacunas y anticuerpos
La forma de activar el sistema inmune es entonces, según apunta, «usar vacunas y anticuerpos bioespecíficos para lograr que los linfocitos estén dentro y el sistema inmune pueda atacarlos». El oncólogo es optimista respecto a la posibilidad de que la ciencia pueda dar pronto un «golpe certero» a la dolencia. «Tenemos mucho arsenal para combatirlo y cada vez está más cerca de los pacientes», asegura. Respecto a cómo prevenir este cáncer, mantiene que con una buena alimentación, haciendo ejercicio y sin beber ni fumar «se evitarían el 35 por ciento de los casos actuales».