ABC - Salud

SIN MIEDO al huevo

Es uno de los alimentos más completos que existen y con pocas calorías. Una vez superado el mito de que aumenta el colesterol, podemos comerlo a diario

- CRISTINA GARRIDO

Ni estrellas Michelín ni platos de vanguardia. Para algunos no hay mayor placer que degustar unos sencillos huevos fritos. El huevo es un ingredient­e muy versátil en la cocina y, desde un punto de vista nutriciona­l, uno de los alimentos más completos que existen. Hasta hace unos años se recomendab­a un consumo restringid­o por su contenido en colesterol, pero diferentes estudios han desmontado el mito de que alterna nuestro perfil lipídico.

Un meta- análisis basado en ocho estudios, publicado en enero de 2013 en la revista «British Medical Journal», concluyó que no existe relación entre el consumo de un huevo al día y el aumento del riesgo cardiovasc­ular, en comparació­n con la toma de un máximo de tres huevos a la semana. Otra investigac­ión, elaborada por la Universida­d de Granada y dada a conocer en marzo de 2013, demostró, tras analizar a 380 adolescent­es, que no hay asociación entre la ingesta de huevo y los niveles de lípidos en sangre, la adiposidad, la resistenci­a a la in- sulina, la tensión arterial, la capacidad aeróbica o el índice de riesgo cardiovasc­ular. La más reciente, publicada el pasado mes de mayo en la prestigios­a revista «Heart», va más allá y muestra la existencia de una asociación entre el consumo moderado de huevos, hasta uno al día, y una menor tasa de episodios cardiovasc­ulares.

A pesar de que este estudio se realizó en población china que «no es la más cercana a nosotros y tiene caracterís­ticas especiales tanto en eventos cardiovasc­ulares como en alimentaci­ón, es un buen dato que ahonde en la puesta en cuestión de ciertos mitos alimentari­os», opina el doctor Vicente Arrarte, presidente de la sección de Riesgo Vascular y Rehabilita­ción Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiologí­a (SEC).

El huevo ha estado durante décadas en la diana, pero ya no se recomienda su restricció­n, ni siquiera en pacientes con colesterol alto u otros factores de riesgo cardiovasc­ular. «No es uno de los alimentos que nos preocupan. Puede ser tomado con frecuencia regular y hasta una vez al día podría considerar­se adecuado

para la mayoría de pacientes » , asegura el doctor Arrarte. Aunque la yema del huevo aporta unos 200 gramos de colesterol, «esto no se traduce automática­mente en un aumento del mismo o en un desequilib­rio lipídico», añade.

En la misma línea, la doctora Katherine García Malpartida, endocrinól­oga miembro del área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinol­ogía y Nutrición (Seen) recuerda que múltiples estudios confirman que «el consumo de huevos no eleva el riesgo cardiovasc­ular en personas sanas». «Apota fosfolípid­os y grasas insaturada­s en su composició­n, junto a algunas vitaminas y antioxidan­tes que favorecen la prevención de la arterioesc­lerosis. Las más recientes recomendac­iones indican que consumir un huevo por día es seguro», concluye.

Lo que sí deberíamos limitar para mantener una buena salud cardiovasc­ular es la ingesta de azúcares y alimentos hiperproce­sados, el sedentaris­mo, el alcohol y el tabaco. En su lugar, a diario, deberíamos consumir alimentos de origen vegetal, como legumbres, frutas, verduras y hortalizas.

La yema, lo más nutritivo

Además, su perfil nutriciona­l es envidiable. Tiene muy pocas calorías, grasa saludable y proteínas de la mejor calidad. «Contiene casi todas las vitaminas, salvo la C, y minerales de gran interés (hierro, fósforo, selenio)», asegura la doctora García Malpartida. La yema es la que contiene la mayor par-

UNA RACIÓN (DOS HUEVOS MEDIANOS) APORTA 141 CALORÍAS 12,7 GRAMOSDE PROTEÍNAS 9,7 GRAMOS DE GRASA Y NADA DE HIDRATOS

te de los nutrientes: hierro, zinc, fósforo, vitaminas A,D, E, B6 y B12, ácido fólico, ácido pantoténic­o, colina y tiamina, y casi la mitad de las proteínas y la riboflavin­a del huevo entero. Por tanto, si queremos aprovechar todas sus propiedade­s es mejor preparse las tortillas de huevo entero y no solo con las claras.

A la hora de elegir qué huevos comprar, el consumidor se encuentra con cuatro tipos, según el sistema de cría: gallinas en jaula, en suelo, camperas o ecológicas. En todos los casos, la base de su alimentaci­ón es el pienso, compuesto por una mezcla de cereales (maíz, cebada, trigo, centeno...)a la que se añaden proteínas, vitaminas y minerales para mejorar su valor nutritivo. Las ecológicas a diferencia del resto, consumen un pienso procedente de agricultur­a ecológica y tienen que cumplir las normas específica­s de esta producción.

La forma de cría no afecta a la composició­n nutriciona­l del huevo. Tampoco el color de su cáscara. No son mejores los marrones que los blancos. El tono lo marca la raza de la gallina.

El color de la yema, más o menos naranja, depende de la xantofila, un pigmento sin valor nutriciona­l. «En su tonalidad puede influir el tipo de alimento ingerido por la gallina aunque en la actualidad se añade este pigmento a la alimentaci­ón para unificar el color de los huevos » , explica Ana Márquez Guerrero, dietista- nutricioni­sta de Nutrisana Educación.

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