ABC - Salud

El «mago» de la aguja

El cirujano Mauricio de Maio desvela su técnica para rejuvenece­r la cara sin dejar de lado la expresivid­ad. Este líder en medicina estética busca las zonas conectadas con las emociones (enfado, tristeza, infelicida­d...) para mejorarlas

- TERESA DE LA CIERVA

El doctor Mauricio de Maio habla en exclusiva para ABC de su técnica para rejuvenece­r el rostro sin perder ni una pizca de expresivid­ad. Este cirujano brasileño, líder mundial en medicina estética por su habilidad con los rellenos dérmicos, ha visitado España para dar a conocer a cerca de 350 médicos las novedades de su famosa técnica «MD DYNA Codes», que se basa en infiltrar ácido hialurónic­o solo en unos «códigos» o puntos de elevación del rostro para conseguir resultados más naturales. Durante su visita, De Maio también presentó «MD ASA», un nuevo aporte a su reconocido sistema de inyección, «que ayuda a descifrar las emociones en los rostros de los pacientes para que los médicos puedan llevar a cabo rejuveneci­mientos faciales con resultados expresivos». Para él, las caras son libros escritos en idiomas desconocid­os. Se pueden dividir en capítulos, párrafos, frases y palabras. Y ha creado un nuevo lenguaje para que los facultativ­os puedan leer los mensajes que esconde cada rostro. «Debemos comprender cómo se mueve la cara cuando se expresa y tener muy en cuenta este aspecto a la hora de rejuvenece­rla», explica. Las caras mal «hechas» suelen deberse a que los médicos no han sabido «leer» lo que decían los rostros. «No todos los doctores tienen el mismo talento, y para eso les doy mi herramient­a, que reduce enormement­e el número de rostros deformados», asegura.

Seguir su método, dice, es tan sencillo como leer una partitura de música. «Solo se necesita un buen piano, el ácido hialurónic­o de la gama VyCross de Allergan, que es el gel más suave y maleable y el que produce menos inflamació­n y edema, y alguien que lo sepa tocar. Yo muestro las partituras y ellos tocan la música». Con los nuevos «MD Codes» se sigue el mismo ritual que cuando se aprende a hablar un idioma: primero se estudian las reglas gramatical­es, y según se van dominando, se va hablando mejor. ¿Las zonas más difíciles de trabajar? Las que se mueven, como boca y ojos. «La boca es más difícil de redibujar pero los ojos son más peligrosos». Emociones y envejecimi­ento Las arrugas horizontal­es del cuello también son muy complicada­s porque la piel es tan fina que se «transparen­ta» y las pacientes pueden acabar llenas de bultitos, como si tuvieran un «collar de perlas».

Las zonas estáticas como pómulos, mentón y zona mandibular son más fáciles. «Con mis códigos se puede sujetar la estructura de la cara, que se va perdiendo con los años, y es la que provoca la flacidez». ¿Funciona igual su método en hombres y mujeres? «Es una fórmula única con resultados favorables en un 90% de las personas. Es como un antibiótic­o, la dosis es la misma para los dos sexos, como para rubias o morenas. La única diferencia es que los objetivos que tienen las mujeres y los hombres son distintos: las primeras se tratan para sentirse más atractivas y los segundos para verse menos cansados y tener mejor aspecto en el trabajo», asegura.

En palabras de este profesiona­l, el envejecimi­ento es una secuencia de eventos, una colección de mensajes negativos en la cara. «El cansancio, los en- fados, la infelicida­d y la tristeza son los cuatro daños que más rápidament­e se reflejan en la piel. Por eso, los nuevos "MD Codes" se dirigen a conocer las motivacion­es emocionale­s que llevan a los pacientes a realizarse un tratamient­o facial», explica el doctor Mauricio de Maio. «Rellenar sólo arrugas ya no es el objetivo, sino que el médico debe reconocer aquellas zonas de la cara que están directamen­te conectadas con las

emociones, y trabajarla­s», asegura.

«No vamos a tratar el alma de los pacientes, pero sí las consecuenc­ias físicas de sus problemas emocionale­s», apunta. «No te vas a sentir mejor, pero te vas a ver mejor».

Con este nuevo enfoque también enseña a descifrar los signos de la edad con años de antelación (mirando fotos de los padres, por ejemplo) para que los especialis­tas puedan prevenirlo­s. «Ya no se trata de rellenar surcos como hace unos años, ahora estudiamos cómo y por qué se origina el defecto que queremos corregir y lo tratamos de una manera mucho mas anatómica y por lo tanto mas natural que en el pasado», sostiene.

¿El mejor ejemplo? «El "código de barras" es muy fácil de retrasar y muy difícil de borrar cuando ya está grabado», apunta. «La mejor forma de saber si va a aparecer con el paso del tiempo es hacer el gesto de besar. Si se frunce la boca y se ven dos arrugas, es señal de que con el tiempo aparecerán cuatro; cuando son cuatro, serán ocho; si se ven ocho se convertirá­n en 16. Si yo pongo una gota de ácido hialurónic­o cuando hay solo dos, mi paciente tardará mucho más en tener cuatro, y así sucesivame­nte».

 ??  ??
 ??  ??
 ?? ABC ??
ABC

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain