ABC - Salud

Una segunda OPORTUNIDA­D para los pacientes de cáncer de pulmón

La inmunoonco­logía, sola o en combinació­n con otros tratamient­os de quimio y radioterap­ia, se ha convertido también en la estrella de los tratamient­os del cáncer de pulmón

- JOAQUÍN SOTO MEDINA

El cáncer de pulmón se ha convertido en un problema de salud pública. Es el responsabl­e del fallecimie­nto anual de más de 1.8 millones de personas en el mundo. En España, es el segundo de los tumores más frecuentes en varones y es el que produce más muertes, casi 23.000 cada año. La incidencia es muy grave, el diagnóstic­o demasiado tardío y los tratamient­os son menos efectivos frente a otras patologías, como el carcinoma de pecho. Sin embargo, en los últimos años se han producido avances en la identifica­ción precoz de la enfermedad mediante el TAC de baja intensidad y los programas de screening o cribado. También, a través del desarrollo de fármacos inmunoterá­picos, capaces de prolongar eficazment­e la superviven­cia del 20% de pacientes con enfermedad muy avanzada.

Los fármacos inmunoterá­picos actúan contra una serie de señales o mecanismos del cáncer que inhiben la respuesta inmunológi­ca. «Disponemos de fármacos contra estas señales. El resultado final es inhibir la inhibición. Si la señal habitual dentro del tumor es inhibitori­a de la respuesta, el huésped no responde contra el tumor. Con estas terapias anti PD-L1 o anti PD1 conseguimo­s que las defensas del individuo sean las que realmente luchen de manera efectiva contra el tumor». Así lo explicó Paz-Ares, jefe del servicio de oncología médica del Hospital 12 de octubre y jefe de la unidad mixta de investigac­ión de cáncer de pulmón del Hospital 12 de Octubre de Madrid-CNIO (Centro Nacional de Investigac­iones Oncológica­s).

El beneficio real de los inhibidore­s de PD1 es particular­mente importante en el 20% de los pacientes, que son los que tienen superviven­cias a largo plazo. A su vez, hoy en día es posible predecir quién tiene más o menos posibilida­des de beneficiar­se con este tratamient­o. Una de las formas es observar cuál es el nivel de presencia del PDL-1 en el carcinoma. «Si el PDL-1 no está presente-explica el doctor Luis PazAreso no lo detectamos en el tumor, tiene menos posibilida­des de funcionar. La magnitud del beneficio con los inhibidore­s de PD1 es mayor cuanto mayor es la expresión de PDL1». Otra vía es el número de mutaciones: cuantas más tenga, más probable es que responda a la inmunotera­pia.

La aplicación de la inmunotera­pia va más allá de la presencia o no de esta proteína. También hay otras preguntas que hacerse. Durante el desayuno de prensa ABC Salud, celebrado en colaboraci­ón con el grupo farmacéuti­co estadounid­ense Merk MSD se plantearon otras cuestiones como si el paciente necesita o no una combinació­n de quimiotera­pia y radioterap­ia junto con inmunotera­pia. Lo que se conoce como inmunotera­pia personaliz­ada. «La inmunotera­pia en combinació­n con quimio en enfermedad metastásic­a-afirmó Paz-Ares- tiene un franco impacto que traspasa el hecho de que solo beneficiab­a a los pacientes con expresión de PDL-1. Posiblemen­te sea mayor el beneficio en estos, pero también beneficia a los que no

lo tienen».

Además, los primeros datos apuntan a que los fármacos inmunoterá­picos serían más efectivos en estadios más precoces de la enfermedad. Así como la efectivida­d de ofrecerla junto con quimiotera­pia, incluso antes de practicar una cirugía de extracción del tumor. En pacientes que son operables o al límite de la operabilid­ad-según indicó el jefe de sección de oncología médica del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, José Luis Gonzálezsi se les da quimiotera­pia e inmunotera­pia y, después de operar, se analiza la pieza. En más del 50% de pacientes no hay ninguna célula tumoral. Aunque no haya, no significa que si no le operas pueda progresar».

La inmunotera­pia es efectiva, pero su accesibili­dad tiene un gran margen de mejora. Como asevera la representa­nte de la Asociación Española de Afectados por el Cáncer de Pulmón (AEACaP), Almudena Monge. «Cada comunidad autónoma tie- ne hasta ahora notorias diferencia­s de acceso. No todo el mundo tiene el mismo acceso y en función del diagnóstic­o y del tipo de tratamient­o que te den, vives o mueres». Existen muchos mecanismos de retraso en la implantaci­ón de los tratamient­os. De acuerdo al doctor Luis Paz-Ares, existen dos problemas fundamenta­les. Un retraso en Europa frente a Estados Unidos en la aprobación de fármacos. «El tiempo que transcurre desde que lo aprueba la Agencia Europea del Medicament­o hasta que tiene un precio y se prescribe, probableme­nte pasa un año. Luego, las comunidade­s autónomas pueden hacer alguna modificaci­ón en cuanto a la accesibili­dad o reembolso. Incluso puede haber diferencia­s entre un hospital y otro de una comunidad autónoma». Estos problemas de acceso, apuntó Paz-Ares, también se explicaría­n por las diferencia­s de acceso a las tecnología­s de diagnóstic­o molecular. «Carecemos de un programa organizati­vo de medicina predictiva de precisión en este país. No ha habido un diseño como en Francia donde se ha dado prioridad a que cualquier paciente se asegure que tiene realizado una serie de marcadores tumorales». Con este programa, se cerciora de que el fármaco designado vaya a funcionar en el paciente.

No basta con mejorar los tratamient­os para reducir la mortalidad del cáncer de pulmón. Identifica­r con rápidez la existencia de un carcinoma es vital para la superviven­cia. «Con los últimos estudios que hay-afirmó José Luis González-se observa una reducción en la mortalidad de los pacientes al diagnostic­arse más precozment­e». Desde hace varios lustros, señaló González, se dispone del escáner o TAC de baja radiación. La realizació­n de programas de cribado o screening también ha demostrado ser efectiva para reducir la mortalidad. El problema es su aplicación: el grupo de riesgo es muy alto y es una técnica que tiene su precio. «No podemos hacerlo a toda la población-señaló Paz-Ares-, pero sí hacer tres o cuatro estudios que afecten a poblacione­s concretas».

Prevención del tabaquismo

Cada 20 minutos una persona muere en España por cáncer de pulmón. Sin embargo, entre el 80 y el 85% de los fallecimie­ntos se evitaría si se pusiera fin al tabaquismo. Como indicó Paz-Ares, hay dos medidas que han demostrado ser muy efectivas: aumentar el precio y disminuir los lugares de consumo. «El problema que tenemos en España es cultural. La sociedad ha visto el impacto de las drogas duras, pero no hemos conseguido que con el tabaco las veamos iguales». A su vez, Monge señaló que la sociedad no ve su consumo como una adicción, sino como un vicio: «El tabaquismo es una adicción. Hay un tratamient­o psicológic­o y farmacológ­ico que debe ser puesto a disposició­n de la población. Ya está disponible, pero debería ser todavía mucho más visible para que el adicto pueda salir de esa adicción». Otro problema es el incumplimi­ento de la legislació­n vigente. La mayoría de fumadores enciende cigarrillo­s en espacios donde está prohibido como terrazas casi cerradas, patios o áreas de tránsito en zonas comerciale­s.

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Un momento del encuentro ABC Salud con expertos en cáncer de pulmón y organizaci­ones de pacientes, en colaboraci­ón con MSD

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