Brigadas urológicas
La Fundación Miguel Litton lleva a Centroamérica los recursos y el conocimiento que garanticen el tratamiento a los más desfavorecidos
Emplear agua de manantial en cirugías de próstata ante la escasez de suero en quirófano. O colgar regaderas para los lavados necesarios tras cada intervención. Son algunas de las medidas improvisadas que se deben tomar en países de Centroamérica como Nicaragua o Guatemala ante la escasez de recursos. Estas medidas pueden cambiar la vida de muchos pacientes que cargan con lesiones, como roturas de uretra, y que no han podido ser realizadas por los urólogos de sus países debido a su gran complejidad. El doctor Miguel Litton y su equipo de colaboradores, las «brigadas urológicas», son quienes han llevado a cabo de manera solidaria esta labor durante los últimos 30 años. Un proyecto que se ha constituido ahora como una fundación, la Fundación para la Cooperación Médico-Quirúrgica Miguel Litton.
El equipo médico que compone la Fundación ha realizado más de 1.800 interven-
ciones quirúrgicas a los pacientes más humildes y los casos más difíciles de diferentes países de América Latina, como Nicaragua, Guatemala u Honduras. Este proyecto solidario comenzó en la Nicaragua de 1989. «Fuimos a un bautizo de la hija de uno de nuestros grandes amigos allí –recuerda el doctor Miguel Litton–. Al poco tiempo empecé a operar a familiares de estos amigos. Después me nombraron Cónsul Honorario de Nicaragua en Madrid. Dábamos conferencias sobre cirugías transuretrales, que para ellos era muy novedoso... Ese fue el germen de todo». Con el paso de los años y según aumentaba la repercusión de su trabajo, diferentes países solicitaron sus servicios. El urólogo Miguel Litton realizó esta tarea él solo durante 10 años. Más tarde, urólogos de diferentes hospitales de España se incorporaron a este proyecto. «Siempre vamos –indica el doctor Litton– a hospitales públicos. Los urólogos de allí son los que nos reclutan a los pacientes y los casos más complejos, aquellos que ellos no saben o no pueden hacer».
En estos 30 años de actividad han realizado todo tipo de intervenciones quirúrgicas, como cirugías renales de cálculos coraliformes o roturas de uretra. Hasta el punto de ser pioneros en varias de ellas. «Hicimos los primeros casos por vía laparoscópica –explica el urólogo Miguel Litton– en Managua, Guatemala y Tegucigalpa. A su vez, los trasplantes renales en Tegucigalpa con extracción de donante vivo por laparoscopia fueron los primeros que se hicieron en Centroamerica».
La Fundación no solo busca realizar las cirugías más complejas, sino instruir a los cirujanos. «Es fundamental "enseñar a pescar": tratar de llevar nuestra cirugía muy adelantada a Centroamérica. Y lo estamos consiguiendo. Han mejorado mucho, sobre todo en Nicaragua». Los urólogos se están organizando en sociedades y han asistido a conferencias. «Nuestro deseo es traer aquí y dar una beca a los urólogos jóvenes que veamos que tienen cualidades». Los médicos de Centroamérica han aprendido mucho, pero aún falta para que puedan practicar las intervenciones por sí mismos. El objetivo último es que el paciente pueda obtener la ayuda que necesita. Para cumplir con todos los objetivos, se ha constituido la fundación.